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El Hombre De Pecado —La Historia

Por David Vaughn Elliott


Pablo advirtió: “Ya está en acción el misterio de la iniquidad” (2 Tesalonicenses 2:7). Así que el cumplimiento de esta profecía había comenzado en el primer siglo. Algo ya estaba obrando en los días de Pablo que con el tiempo produciría “el hombre de pecado, el hijo de perdición… aquel inicuo” (2:3,8).

“Todos los Caminos Conducen a Roma”

Desde el segundo siglo hasta el siglo veintiuno, la mayoría de los estudiantes de la profecía han entendido que el cuerno pequeño de Daniel 7 y las bestias de Apocalipsis 13 y 17 están relacionados con Roma. Hoy día hay tres puntos de vista principales con relación al tiempo en la historia cuando Roma cumple estas profecías. El preterismo coloca el cumplimiento en nuestro pasado, el futurismo lo coloca en nuestro futuro, y el historicismo lo coloca en nuestro pasado, presente, y futuro.

La mayoría está de acuerdo que 2 Tesalonicenses 2 es parte del mismo cuadro profético. Esto significa que “el hombre de pecado” se encontrará en Roma. La evidencia presentada en el artículo “El Hombre de Pecado –la Profecía” señala la conclusión de que “el hombre de pecado, el hijo de perdición” hace referencia a la iglesia apóstata más sobresaliente en la historia. Añadir Roma a la ecuación, y el cumplimiento de la profecía llega a ser obvio.

“Os Decía Esto… Vosotros Sabéis”

La Biblia no fue sellada en un vacío tan pronto fuera escrita, sin leerse, sin estudiarse hasta que llegara a cada uno de nosotros en el siglo veintiuno. Hacerles caso omiso a los siglos que intervienen sería corto de vista y egoísta. Si no aprendemos de otros, ¿cómo vamos a esperar que otros aprendan de nosotros?

“Os decía esto… vosotros sabéis”, dijo Pablo, “lo que lo detiene” (2 Tesalonicenses 2:5-6). Esto es sorprendente. Los santos en Tesalónica lo sabían. Pablo les había enseñado en persona. Pero el Espíritu Santo impidió que Pablo lo escribiera. ¿Hay otro lugar en las Escrituras como éste? El escritor dice que los lectores saben de lo que él está hablando, pero se niega a escribirlo. Llega a ser irresistible hojear los escritos de los cristianos en los primeros siglos para aprender lo que ellos nos pueden decir sobre este asunto. ¿Cabrá la posibilidad de que los cristianos del primer siglo no pasarían esta información hacia adelante?

Antes de examinar los escritos de los primeros cristianos, tenemos que estar conscientes de tres cosas:

  1. Ellos no eran inspirados. Por tanto, expresan muchos puntos de vista contradictorios, tanto en la profecía como en otros asuntos.

  2. Antes de que una profecía en particular sea cumplida, no podemos esperar que los cristianos la entiendan a su plenitud. Por ejemplo, los apóstoles, no entendían correctamente muchas profecías mesiánicas a pesar de que Jesús estaba en medio de ellos.

  3. Después de cumplirse una profecía, siempre habrá los que niegan su cumplimiento. Por ejemplo, los judíos, hasta el día de hoy, niegan que Jesús de Nazaret sea el Mesías prometido.

Con estas precauciones en mente, todavía es muy iluminador descubrir lo que los cristianos a través de los siglos han creído acerca de varias profecías. Esto es especialmente verídico en este caso cuando Pablo dice, “vosotros sabéis…”

No Se Cumplió en el Primer Siglo

El punto de vista preterista enseña que el hombre de pecado apareció en el primer siglo. Aplica todos los detalles de 2 Tesalonicenses 2 a eventos que rodean la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C. Cita autoridades con puntos de vista idénticos, pero nunca, ninguna autoridad más temprano que el siglo diecisiete. ¿Por qué no antes? La razón es sencilla. No hay ninguna autoridad antes de esa fecha que mantenga ese punto de vista.

Ningún escritor antes del año 1600 d.C., jamás mencionó a nadie que creyera que la profecía del “hombre de pecado” se cumpliera en el primer siglo. Noten:

  1. Los tesalonicenses sabían quién detenía la revelación del inicuo.

  2. Muchos escritores cristianos entre el segundo y el quinto siglo escribieron en detalle acerca de esta profecía.

  3. Ni un solo escritor de los primeros siglos pensaba que la profecía del “hombre de pecado” se hubiera cumplido en el primer siglo.

  4. Los escritores de los primeros siglos muchas veces discutían los puntos de vista contrarios a los suyos. Ninguno de ellos menciona a nadie que aplicara esta profecía al primer siglo.

En el siglo dieciocho, Tomás Newton diserta sobre 2 Tesalonicenses capítulo 2 en detalle en su famosa Dissertations on the Prophecies. Él menciona a cinco escritores de los siglos diecisiete y dieciocho que reclaman que la profecía del “hombre de pecado” fue cumplida en el primer siglo. Él señala no solamente el hecho de que están en desacuerdo con la mayoría de los intérpretes, sino también, están en desacuerdo el uno contra el otro y contra todos los que eran antes de ellos. Luego comenta:

Si esta profecía [2 Tesalonicenses 2] fue cumplida como estos críticos conciben, antes de la destrucción de Jerusalén, es sorprendente que ninguno de los padres [los escritores cristianos de los primeros siglos] estuviera de acuerdo con algunos de ellos en la misma aplicación, y que el descubrimiento se hiciera primeramente mil seiscientos o mil setecientos años después de su cumplimiento. Los padres pueden estar en desacuerdo o estar equivocados en las circunstancias de la profecía que todavía no se hubiera cumplido, pero que una profecía se cumpliera sorprendentemente antes de su tiempo y que ellos estuvieran ignorantes de esto, y que hablaran del cumplimiento todavía en el futuro no se puede creer fácilmente.(1)

Los Cristianos de los Primeros Siglos Hablan

Una búsqueda entre los escritos de los cristianos de los primeros siglos revela que muchos creyentes tenían un punto de vista definitivo con relación a lo que detenía o retenía la aparición del hombre de pecado. No, no hay ningún escritor que reclame citar al apóstol Pablo ni ninguno que haya escuchado a Pablo decir lo que la detenía. Sin embargo, estos cristianos de los primeros siglos vivieron muchísimo más cerca a la fuente que nosotros. Por tanto, ellos estaban en una posición mejor que los que vivimos hoy día para tener contacto con la información que Pablo impartió a los santos en Tesalónica. Seguramente, debemos investigar lo que los escritores cristianos de los primeros siglos pensaban acerca de lo que Pablo hablaba antes de considerar interpretaciones inventadas en el siglo veintiuno.

En vista de los muchos diferentes puntos de vista sobre la profecía que encontramos entre los escritores cristianos de los primeros siglos, es impresionante el acuerdo que hay entre ellos con relación a la cuestión de qué detenía-retenía-impedía. Al fin y al cabo, por supuesto, sus puntos de vista tienen que ser probados tanto por las Escrituras como por la historia. Con esto en mente, mientras sigamos sus puntos de vista y consideremos el desarrollo de la historia, tenemos que impresionarnos con el hecho de que los cristianos de los primeros siglos estaban bien encaminados con relación a una gran parte de esta profecía —mucho antes de que se cumpliera.

Ireneo, 130 a 202 d.C.

Ireneo nació 30 años después de que murió el apóstol Juan. Él había escuchado las enseñanzas de Policarpo, que había escuchado la enseñanza del apóstol Juan. Ireneo dedicó varios capítulos a Daniel capítulo 7, Apocalipsis capítulo 13, y 2 Tesalonicenses 2 en su obra extensiva, Contra Herejes. Como es típico de creyentes de todas las edades, él entendió que las tres profecías están relacionadas. Ireneo escribió:

Daniel, contemplando el fin del último reino, es decir los últimos diez reyes entre los cuales se dividirá el reino de aquellos, sobre los cuales sobrevendrá el hijo de la perdición, dice que nacerán diez cuernos a la bestia, y que brotará un cuerno más pequeño en medio de ellos (itálicas mías).(2)

Más claramente aún Juan, discípulo del Señor, escribió en el Apocalipsis acerca de los últimos tiempos y de los diez reyes [que se levantarán] que se dividirán el reino que ahora impera [sobre la tierra] (itálicas mías).(3)

Basado en Daniel, Tesalonicenses, y Apocalipsis, Ireneo creía que el Imperio Romano de su tiempo algún día sería dividido en diez partes, y que de esta división se levantaría el hijo de perdición, el hombre de pecado.

Tertuliano, 145 a 220 d.C.

Pocos años después, Tertuliano citó y comentó sobre 2 Tesalonicenses 2. El combinó la profecía del “hombre de pecado” con las profecías de la bestia con diez cuernos:

Otra vez, en la segunda epístola, él [Pablo] se dirige a ellos con aun mayor ánimo: ‘Porque aquel día no vendrá a menos que, de hecho primeramente venga la apostasía,’ de hecho él quiere decir de este presente imperio, y que ‘el hombre de pecado sea revelado,’ esto quiere decir anticristo, “el hijo de perdición, oponiéndose, y levantándose contra todo lo que se llama Dios… Y ahora vosotros sabéis lo que impide, para que a su tiempo se manifieste. Porque ya está obrando el misterio de iniquidad: solamente espera hasta que sea quitado de en medio el que ahora impide.’ ¿Qué obstáculo hay a no ser el estado romano, la caída del cual siendo dividido en diez reinos traerá el anticristo sobre (sus propias ruinas)? (itálicas mías).(4)

Hipólito, 170 a 236 d.C.

Pocos años más adelante, Hipólito escribió Un Tratado sobre Cristo y el Anticristo. Mientras disertaba sobre Daniel capítulos 2 y 7, él escribió:

La cabeza de oro de la imagen y la leona denotaban a los babilonios; los hombros y los brazos de plata, y el oso, representaban a los persas y a los medos; el vientre y los muslos de bronce, y el leopardo, significaban a los griegos, los cuales mantenían la soberanía desde los tiempos de Alejandro; las piernas de hierro, y la bestia terrible, expresaban los romanos, que mantienen la soberanía al presente; los dedos de los pies que eran en parte de barro y en parte de hierro, y los diez cuernos, eran símbolos de los reinos que todavía se levantarán, y el otro cuerno pequeño que se levanta en medio de ellos significa el anticristo (itálicas mías).(5)

Cirilo de Jerusalén, 315 a 386 d.C.

Llegando al cuarto siglo, Cirilo, después de citar 2 Tesalonicenses 2, dijo lo siguiente:

Hasta aquí Pablo. Ciertamente, ahora se da la defección… pero ahora está la Iglesia llena de herejes ocultos. Los hombres se han apartado de la verdad y sienten el afán de novedades… Se trata, por consiguiente, de la apostasía, y ya hay que esperar al enemigo.(6)

El anticristo mencionado llegará cuando se hayan completado los días del imperio romano y esté ya muy próximo el fin del mundo. Diez reyes de los romanos se levantarán a la vez en lugares quizá diversos, pero reinando todos a la vez. Después de estos, el undécimo será el anticristo, que usurpará el poderío romano apoyándose en las artes de la magia. (itálicas mías).(7)

“Así que se siente en el templo de Dios”. ¿Cuál templo entonces? Él quiere decir, el Templo de los judíos que ha sido destruido. Porque, ¡Dios no quiera que se refiera a éste en el cual estamos!(8)

Cirilo, que vivió antes del cumplimiento, prefirió pensar que “el templo de Dios” significaba un templo reconstruido de los judíos. Allí es donde él visualizó que el hombre de pecado se sentaría. ¿Por qué? Porque él retrocedió de la idea del hombre de pecado sentado en la iglesia. Sin embargo, la manera que se expresa demuestra que él sí entendía que el término “el templo de Dios” se podría aplicar a la iglesia. Muchos hoy día hacen caso omiso a este punto importante y presumen, sin prueba, que “el templo de Dios” tiene que ser un templo judío reconstruido en Jerusalén.

Crisóstomo, 347 a 407 d.C.

Más tarde en el cuarto siglo, Crisóstomo escribió muchísimas homilías basadas en textos de las Escrituras. En su homilía sobre 2 Tesalonicenses 2:6-9, él dice:

¿Qué es entonces lo que lo detiene, esto es, lo que prohíbe que sea revelado? Algunos, de hecho, dicen la gracia del Espíritu, pero otros dicen el imperio romano, y con ellos estoy principalmente de acuerdo. ¿Por qué? Porque si hubiera dicho el Espíritu, no tendría que hablar oscuramente sino claramente… Pero porque él dice esto del Imperio Romano, naturalmente le dio una mirada y habló encubiertamente y oscuramente. Porque no quería traer sobre él mismo enemistades superfluas y peligros inútiles.(9)

“Solo que hay uno que lo detiene hasta que él a su vez sea quitado de en medio”, esto es, cuando el Imperio Romano sea quitado de en medio, entonces vendrá. Y naturalmente. Porque mientras exista el temor de este imperio, nadie estaría dispuesto a salirse, pero cuando aquel se disuelva, él atacará la anarquía, y tratará de apoderarse del gobierno tanto el de Dios como el de los hombres (itálicas mías).(10)

Jerónimo, 340 a 420 d.C.

Jerónimo escribió la primera carta citada aquí en el año 396 d.C. y la segunda en el año 409 d.C. Ya el Imperio Romano tenía problemas profundos con los bárbaros.

Yo tiemblo cuando pienso de las catástrofes de nuestro tiempo… El mundo romano se está cayendo: sin embargo mantenemos la cabeza en alto en vez de inclinarla… El ejército romano una vez victorioso y señor del mundo, ahora tiembla con terror al ver al enemigo (itálicas mías).(11)

¿Pero qué estoy haciendo? Mientras estoy hablando de esta carga, el barco en sí se hunde. El que lo detiene se quita de en medio, y comoquiera no reconocemos que el anticristo está cerca. Sí, el anticristo está cerca al cual el Señor Jesucristo lo ‘consumirá con el espíritu de su boca’… Por treinta años los bárbaros rompieron la barrera del Danubio y pelearon en el corazón del Imperio Romano… Roma tiene que luchar dentro de sus fronteras no para gloria sino para sobrevivir (itálicas mías).(12)

Agustín, 354 a 430 d.C.

En su famosa Ciudad de Dios, Agustín escribió:

Pero no puedo menos de citar al apóstol Pablo en su carta a los de Tesalónica. Dice así: A propósito de la venida de nuestro Señor Jesucristo…

No cabe la menor duda de que estas palabras se refieren al anticristo, y manifiestan que el día del juicio (él lo llama día del Señor) no tendrá lugar más que después de su venida, aludida con el nombre de apostasía… El inciso: Sabéis lo que ahora lo frena equivale a “sabéis qué es lo que lo retrasa, cuál es la causa de su demora”, para que su aparición llegue a su debido tiempo. Y como dice que ellos lo saben, no lo quiso expresar claramente… Yo reconozco ignorar totalmente lo que quiso decir. Con todo expresaré las conjeturas de aquellos a quienes he oído o leído.

Piensan algunos que tales palabras hacían referencia al imperio romano, y que el apóstol Pablo no quiso expresarlo abiertamente para no incurrir en una acusación de calumnia, al desearle un mal al romano Imperio, dado que se esperaba fuese eterno… Otros opinan que las palabras: Sabéis lo que ahora lo frena, y las otras: Esta impiedad escondida está ya en acción, no se refieren más que a los malvados e hipócritas que hay en la Iglesia, hasta llegar a un número tal que formen el gran pueblo del anticristo. Sería la “impiedad escondida”.(13)

Escritores cristianos del segundo, tercer y cuarto siglos han hablado. De estos breves extractos, podemos hacer las siguientes observaciones de lo que ampliamente se creía durante aquellos siglos:

  1. Muchos creían que Daniel 7, 2 Tesalonicenses 2, y Apocalipsis 13 y 17 están relacionados, todos profetizan acerca de Roma.

  2. Muchos creían que el cuerno pequeño de Daniel 7 y el hombre de pecado de 2 Tesalonicenses 2 hicieron referencia al anticristo en su futuro.

  3. Muchos creían que el Anticristo aparecería cuando Roma cayese, y que el Imperio Romano bajo el cual vivían era lo que impedía el levantamiento del hombre de pecado.

Una Palabra con Relación a la Edad Media

Antes de que las profecías se cumplieran en verdad históricamente, era imposible que los cristianos de los primeros siglos entendieran exactamente lo que iba a suceder. Sin embargo, es muy impresionante que hubiera un acuerdo general entre los estudiantes de la palabra a través de los siglos de que el hombre de pecado aparecería con la caída de Roma.

Roma sí cayó en el año 476 d.C. El obispo de Roma llenó el vacío de poder y tomó el lugar del Emperador. A la medida que pasaron los años, los papas, como llegaron a llamarse los obispos de Roma, ganaron poderes increíbles sobre los cuerpos y las almas de los hombres. Este poder duró por siglos. La historia de este período que muchas veces se llama la Edad Oscura, se expone en detalle en numerosos libros de historia que se pueden conseguir fácilmente. No es de sorprenderse el hecho de que es difícil encontrar escritos durante la Edad Oscura que identifican la Iglesia Romana como el Anticristo. Obviamente Roma no se identificaría a sí misma como el Anticristo, y los que la identificaron como tal fueron suprimidos con éxito.

Los Reformadores Sabían la Verdad
Acerca de Roma

Tan temprano como el siglo trece, una voz tras otra empezó a clamar: “El papa de Roma es el Anticristo”; “el papa es el hombre de pecado”. Las voces aumentaban más y más hasta que el movimiento de la reforma plena tomó forma. Desde aquel día hasta tiempos recientes, los protestantes estaban unidos en llamar al pontífice romano “el hombre de pecado”.

En vez de probar esto con un sinfín de citas de los protestantes a través de los siglos, vamos a reconocer que tanto los preteristas como los futuristas admiten este hecho histórico.

Gary DeMar, un preterista moderno, rechaza totalmente la idea de que el Papa sea el hombre de pecado. El piensa que 2 Tesalonicenses 2 y profecías relacionadas fueron cumplidas en el primer siglo por Nerón y los judíos, entre otros. Sin embargo, él admite este hecho histórico:

Por siglos el papado fue el candidato unánime para el Anticristo. El sistema papal se identificó tanto como el ‘hombre de pecado’ como la prostituta babilónica de quien las Escrituras advierten (2 Tesalonicenses 2; Apocalipsis 19). En la convicción de los protestantes del siglo dieciséis, Roma fue el gran anticristo, y se estableció esta creencia tan firmemente que no fue hasta el siglo diecinueve que fue cuestionada seriamente por los evangélicos”.(14)

Los Reformadores, casi sin excepción, creían que el “hombre inicuo” era el pontífice romano. En su dedicación de la versión de la biblia en inglés “King James” (en el año 1611) los traductores identificaron al Papa como el “hombre de pecado” de 2 Tesalonicenses 2: “El celo de su majestad [“King James”] hacia la casa de Dios no se debilita ni retrocede, pero se enciende más, manifestándose abiertamente a las partes más lejos de la cristiandad por escribir una defensa de la verdad que ha dado tal golpe a aquél hombre de pecado que no será sanado (itálicas de él).(15)

Estas palabras dirigidas al rey “King James” se pueden encontrar en el “Dedicatorio” al frente de algunas biblias de la versión “King James” de la biblia en inglés. Más tarde en el mismo “Dedicatorio”, los traductores hablan de “personas papales” por un lado y “hermanos” por otro lado.

En el otro extremo del espectro profético se encuentra Dave Hunt, un futurista bien conocido. Usando la terminología de la vieja versión “King James”, él cree que la Iglesia Romana Católica es la “prostituta” llamada Babilonia en Apocalipsis capítulo 17. Sin embargo, siendo un futurista, el cree que las bestias de Apocalipsis capítulos 13 y 17 quedan en el futuro, como también los cuernos pequeños de Daniel 7 y 8, y el hombre de pecado de 2 Tesalonicenses 2. Hunt cree que el Anticristo probablemente está vivo hoy, pero no será revelado hasta la Tribulación después del Rapto. A pesar de todas estas creencias, comoquiera él admite:

Los primeros credos protestantes unánimemente llamaron al Papa el anticristo.(16)

Fue solamente después de la revolución rusa que los cristianos comenzaron a ver el comunismo como el sistema anticristo. Sin embargo, por más que 400 años antes del año 1917, el catolicismo era identificado así por los protestantes.(17)

Vuelven la Espalda a la Historia

La historia demuestra que los cristianos de los primeros siglos entendieron que el Anticristo se levantaría cuando Roma cayera. La historia demuestra que ellos tenían razón. La historia demuestra que cuando la reforma vino, los predicadores, los políticos, y el pueblo en general declaraban que el papa era “el hombre de pecado”, el Anticristo. La historia demuestra que la gran mayoría de los creyentes de la biblia continuaban con esta convicción hasta los tiempos recientes. La historia demuestra que el futurismo está predicando una nueva doctrina cuando se niega a creer que el papa es “el hombre de pecado”.

Negar que el Papa de Roma sea el hijo de perdición es volverles la espalda a los miles de mártires cuyos cuerpos fueron retorcidos y torturados por la “Santa” Inquisición. Negar que la Iglesia Romana sea la apostasía es pasar por alto la terrible perversión de la sana doctrina que todavía emana del Vaticano. Negar que cada Papa de Roma sea el hombre de pecado es hacer caso omiso a la blasfemia de llamar a un ser humano “Cabeza de la iglesia”, “Sumo Pontífice”, “Vicario de Cristo”, y “Santo Padre”.

Tim LaHaye, en su comentario sobre Apocalipsis 17, usa casi la mitad de un capítulo para discutir las falsas doctrinas y prácticas de la Iglesia Romana incluyendo su persecución de los que se opusieron a Roma. En medio de la exposición él dice: “En algunos aspectos la religión de Roma es más peligrosa que la ausencia de religión”.(18) En El Comando Tribulación, #2 de la serie “Dejados Atrás”, los autores inventan “Una Fe Mundial Enigma Babilonia… encabezada por el nuevo Papa” durante la Tribulación.(19) Estos puntos de vista demuestran cierto conocimiento de la verdadera naturaleza de la Iglesia Romana y el Papa Romano.

A pesar de estos puntos de vista, LaHaye y Jenkins van muy lejos en la dirección opuesta en la misma novela. Ellos pintan al Papa en el tiempo del Rapto como uno que desapareció en el mismo Rapto: “Muchos católicos estaban confundidos pues, aunque muchos fueron dejados atrás, algunos habían desaparecido, incluyendo el nuevo Papa, que había sido instalado hacía sólo unos pocos meses antes de las desapariciones”.(20)

Las novelas “Dejados Atrás” admiten ser eso mismo: novelas. El subtítulo de Número Uno es Una Novela de los Postreros Días de la Tierra. En vez de producir novelas de profecía sería mucho más beneficioso usar el tiempo, dinero y energía para producir documentales históricos sobre la iglesia de la Edad Media. La verdad es más extraña y más asombrosa que la ficción. Los que piensan que unos meros siete años de Tribulación en nuestro futuro pudieran ser peor que las realidades de la Edad Media necesitan sacudir el polvo de sus libros de historia. En vez de devorar ficción de profecía sería mucho más beneficioso que los cristianos usaran el tiempo, dinero, y energía para comparar realistamente las enseñanzas de sus Biblias con las enseñanzas de Roma. Para comenzar tal estudio, lea ahora el artículo “El Hombre de pecado –la Realidad”.

Textos bíblicos de la Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2018 por HarperCollins Christian Publishing. Citada con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.

Traducido por David L. Elliott et al.

NOTAS:

  1. Thomas Newton, Dissertations on the Prophecies, revised by W. S. Dobson (Philadelphia: J. J. Woodward, 1838), p. 400.

  2. Ireneo, Contra Herejes, Traducción por Carlos Ignacio González, S.J,
    (Internet: disponible en varios sitios como: https://mercaba.files.wordpress.com/2007/10/contra-los-herejes.pdf), 5,25,3.

  3. Ibid., 5,26,1.

  4. Tertullian [Tertuliano], On the Resurrection of the Flesh, in vol. 3, The Ante-Nicene Fathers, chap. 24.

  5. Hippolytus [Hipólito], Treatise on Christ and Antichrist, in vol. 5, The Ante-Nicene Fathers, par. 28.

  6. Cirilo, Catequesis 15, (Internet: disponible en varios sitios como: http://www.clerus.org/bibliaclerusonline/es/ haga clic en: Padres; Doctores; S. Cyrilus; Cirilio ES), párr. 9.

  7. Ibid., párr. 12.

  8. Cyril [Cirilo], Lecture 15, in vol. 7, The Nicene and Post-Nicene Fathers: Second Series, par.15.

  9. Chrysostom [Crisóstomo], Homilies on Second Thessalonians, Homily 4: 2 Thess. 2:6-9, in vol. 13, The Nicene and Post-Nicene Fathers: First Series, par. 1.

  10. Ibid., par. 2.

  11. Jerome [Jerónimo], Letter #60 to Heliodorus, in vol. 6, The Nicene and Post-Nicene Fathers: Second Series, par. 16-17.

  12. Jerome [Jerónimo], Letter #123 to Ageruchia, in vol. 6, The Nicene and Post-Nicene Fathers: Second Series, par. 16-17.

  13. Agustín, Ciudad de Dios, Traducción por Santos Santamarta del Rios, y Miguel Fuertes Lanero, (Internet: disponible en varios sitios como: http://www.augustinus.it/spagnolo/index.htm), 20.19.1-3.

  14. Gary DeMar, Last Days Madness, Obsession of the Modern Church (Atlanta: American Vision, 1994), pp. 207-8.

  15. Ibid., p. 330.

  16. Dave Hunt, Global Peace and the Rise of Antichrist (Eugene, Ore.: Harvest House Publishers, 1990), p. 108.

  17. Ibid., p. 136.

  18. Tim LaHaye, Apocalipsis Sin Velo, traducción por Cecilia Romanenghi de Francesco (Miami, Florida: Editorial Vida, 2000), 321.

  19. Tim LaHaye y Jerry Jenkins, El Comando Tribulación, (Dejados Atrás 2), traducido por Nellyda Palovsky, (Miami, Fl.: Editorial Unilit, 1998), p. 298.

  20. Ibid., pp. 48-9.