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La Profecía: ¿literal o figurativa?

Por David Vaughn Elliott

¿Es el significado de la Biblia exactamente lo que dice? ¿Debemos tomarlo al pie de la letra? ¿Debemos interpretarla literalmente, o debemos entenderla figurativamente (simbólicamente, espiritualmente)? Pocas preguntas tienen más importancia que éstas en el estudio de la profecía bíblica.

NO ES “O LO UNO O LO OTRO”

¿Es la Biblia historia o poesía? ¡Ambas! ¿Aplican las leyes bíblicas a nosotros hoy día o no? ¡Ambas! ¿Contiene la Biblia la palabra de Dios o las palabras del diablo? ¡Ambas! (Si esto no suena bien, ver Lucas 4:6.) ¿Es la Biblia fácil o difícil de entender? ¡Ambas!

Hay tantas cosas en la vida que no se pueden forzar a una situación completamente de “o lo uno o lo otro”. Así es con la interpretación bíblica. ¿Debemos entender la profecía bíblica literalmente o figurativamente? La contestación se puede dar con una sola palabra: ¡Ambas!

Una Gran Parte de la Biblia es Literal

La Biblia es un libro de personas reales. Muchas de ellas se conocen en la historia secular: Acab, Jehú, Ezequías, Nabucodonosor, Poncio Pilato, los Herodes, Augusto César, Juan el Bautista, Santiago el hermano del Señor, para nombrar unos pocos.

La Biblia es un libro de lugares reales. Habla de Babilonia, Egipto, Samaria, Siria, Edom, Roma, y más. Nos lleva al Río Éufrates y al Río Jordán, al Mar Rojo y al Mar de Galilea.

Personas reales en lugares reales: una verdadera y literal historia del trato de Dios con la humanidad. Puesto que la Biblia está sólidamente fundada en la historia, la interpretación bíblica debe comenzar con el significado literal.

Muchas profecías de la Biblia se deben entender también literalmente. Cuando los visitantes le dijeron a Abraham que Sara tendría un hijo pronto, Sara se rió. ¿Por qué? Era imposible, había pasado la menopausia. Sin embargo, con Dios todas las cosas son posibles. Lo cumplió literalmente (Génesis 18:9-15; 21:1-7).

Dios predijo que, si los hijos de Israel le desobedecían, sus ciudades serían sitiadas y sufrirían miserablemente. ¡Serían lanzados al extremo de comer sus propios hijos! Esta predicción fue cumplida literalmente (Deuteronomio 28:45-57; 2 Reyes 6:24-29).

Muchos siglos antes de Cristo, Isaías profetizó que una voz, algún día, clamaría en el desierto. Y literalmente, el desierto fue la extraña base del ministerio de Juan el Bautista (Isaías 40:3; Mateo 3:1-5). Zacarías profetizó que el rey de los judíos entraría en Jerusalén sobre un asno. Fue cumplido literalmente (Zacarías 9:9; Juan 12:12-16).

Debemos comenzar a leer la Biblia como un libro de historia con un significado literal. La Biblia nos dice que Dios creó a Adán y a Eva, que pecaron al comer el fruto prohibido, que Dios destruyó el mundo con un diluvio, que Jesús murió en la cruz, y que resucitó de entre los muertos. Una vez que se acepta a Dios como el Creador del universo, eventos milagrosos tienen tanto sentido como eventos ordinarios. Tomamos ambos tipos de eventos literalmente.

La profecía bíblica, como otras porciones de la Biblia, muchas veces se debe entender literalmente.

Mucho de la Biblia es Figurativo

El problema entre creyentes de la biblia hoy día no es si debemos entender mucho de la Biblia literalmente. Los creyentes aceptamos esto, pero algunos hablan como si toda la Biblia se debe tomar literalmente.

Tim LaHaye, en Apocalipsis Sin Velo, reclama: “En su mayoría, todos los que creen que la Biblia es literal son premilenaristas”(1) Tal declaración es engañosa. Nadie cree que toda la Biblia es literal como la declaración aparenta implicar. El hecho de que una persona quiera mantener una interpretación literal de una gran parte de la Biblia tampoco es el factor determinante en la decisión de adoptar o no la posición premilenarista futurista. El asunto no es tan claro como esta declaración aparenta indicar.

La realidad es, que como Tim LaHaye, muchos de nosotros creemos que una gran parte de la Biblia es literal. De eso no hay duda. La pregunta es si la Biblia también está llena de mucho lenguaje figurativo. En otro sitio, LaHaye mismo reconoce esto. Lo siguiente es solamente una lista parcial de cosas por las cuales LaHaye da interpretaciones figurativas en las primeras páginas de su comentario sobre Apocalipsis (números de páginas dadas):

  • El número siete denota perfección” (31)

  • Siete iglesias “representan las siete divisiones básicas de la historia de la iglesia” (38)

  • El cinto (la banda) de oro de Jesús “se refiere a un símbolo de fuerza” (41)

  • Una llave es símbolo de liberación” (45)

  • El que tiene oído” “no se puede referir a los oídos físicos” (54)

  • Diez días” se refiere a “diez períodos de persecución” (58)

  • La espada de dos filos “se refiere a la Palabra de Dios” (68)

  • La piedra blanca es un “símbolo de absolución eterna” (74)

  • Se usa una mujer como símbolo para transmitir una enseñanza religiosa” (81)

  • Fornicación (inmoralidades sexuales) es “símbolo de la idolatría que se introdujo” (81)

  • Llave de David es una “referencia indudable a la autoridad de Cristo” (93)

  • Su elevación (de Juan) a los cielos es una figura del Rapto” (115)

  • Juan… es un símbolo perfecto para representar a la iglesia” (116)(2)

Estos ejemplos son muy iluminadores. Primeramente, demuestran que el premilenarismo futurista no interpreta toda la profecía literalmente. Segundo, varias cosas que el premilenarismo futurista toma figurativamente, ¡el historicismo toma como literal! Por ejemplo, la interpretación historicista dice que las siete iglesias de Apocalipsis son siete iglesias literales, no siete divisiones de la historia de la iglesia. La interpretación historicista afirma que Juan es Juan, no la iglesia. La interpretación historicista mantiene que cuando Juan sube al cielo en el tiempo de la visión es que Juan en verdad sube al cielo, no es de ninguna manera un símbolo del Rapto de la iglesia. Estos ejemplos son el opuesto del reclamo de futurismo al literalismo. ¡El historicismo interpreta literalmente muchas cosas que el futurismo interpreta figurativamente! El Futurismo no interpreta todo el libro de Apocalipsis literalmente. ¡Nadie lo hace! El futurismo tampoco interpreta toda la Biblia literalmente. ¡Nadie lo hace! Todos interpretan algunas expresiones literalmente y otras figurativamente.

Es muy instructivo ver la muy excelente “ley de oro de la interpretación” de Tim LaHaye: “Cuando el significado sencillo de las Escrituras tiene sentido común, no busque otra interpretación”. ¡Excelente! Él continúa: “tome cada palabra de acuerdo a su significado primario… literal a menos…” Y luego él da varias situaciones que requieren un significado no literal.(3) La esencia de su útil (pero complicada) regla es esta: toma el significado literal a menos que la situación demanda un significado no literal. ¡Excelente!

Comenzamos la interpretación bíblica con el significado literal, pero ni siquiera los “literalistas” se quedan allí. La regla del señor LaHaye incluye las palabras “cuando” y “a menos” precisamente porque no es siempre el caso de que “el significado sencillo de las Escrituras tiene sentido común”.

La “ley de oro de interpretación” hace resaltar un hecho importante: A pesar de que parece reclamar lo contrario, el futurismo admite que no siempre se interpreta la Biblia literalmente. Similar a otras interpretaciones, el futurismo interpreta parte literalmente y parte figurativamente.

No requiere mucha lectura de la Biblia para que cualquier persona descubra lenguaje figurativo. Por ejemplo, considere las parábolas de Jesús: el sembrador, la red, las diez vírgenes, la viña, y la perla de gran precio. ¿Quién tiene dudas de que todas tienen que ser interpretadas figurativamente? Examine, por ejemplo, el reclamo de Jesús, “Yo soy la vid”. Tomado literalmente, esto no tiene ningún sentido. Hay que entenderlo figurativa o espiritualmente. Asimismo, decir que un mamífero de cuatro patas podría vencer a los santos de Dios en una guerra no tiene sentido literalmente. Así, la bestia en Apocalipsis 13 tiene que ser una figura de gran poder. La Biblia está llena de tal lenguaje.

Los Salmos declaran que Dios es nuestra roca, nuestro escudo, y nuestra fortaleza. ¿Quién no entiende que éstas son figuras retóricas? Pablo dijo: “Os di a beber leche, y no alimento sólido”; “Yo planté, Apolos regó”. Nadie cree que Pablo era literalmente una nodriza o un agricultor.

La pregunta no es si la Biblia —y su profecía— se debe tomar literalmente o figurativamente. La pregunta real es esta: ¿Cuáles partes son literales y cuáles partes son figurativas? La pregunta para el creyente no es si debemos comenzar con el entendimiento literal. ¡Ciertamente debemos! La pregunta es esta: ¿Cómo podemos saber cuándo ciertas palabras, frases, o versículos se deben entender figurativamente?

EL SENTIDO COMÚN

¿Por qué no comenzar con el sentido común diario? La conversación diaria está repleta de lenguaje figurativo. El hombre dice, “Le está tomando el pelo”. Nadie dice “No veo a nadie tocando su pelo”.

“Se ahogó en un vaso de agua”. “Lo mandé a freír espárragos”. “El carro pasó volando”. “Lleva el corazón en la mano”. Sentido común. Nadie tiene que explicar estas figuras a nadie ¾con la excepción de un niño pequeño. ¿Ha notado usted que a menudo los niños se confunden porque los adultos hablamos figurativamente y los niños lo toman literalmente? No obstante, mientras los niños crecen, captan la idea.

A propósito, ¿qué es el sentido común? Es el sentido que una persona común, de inteligencia normal, y con un conocimiento razonable de la vida, daría a la expresión.

¿Qué pues es el sentido común en relación al lenguaje figurativo o literal? Consideremos “llevar el corazón en la mano” por ejemplo. Una persona de inteligencia normal y con un conocimiento razonable de la vida sabe que no se puede “llevar el corazón en la mano”. Es imposible. Por tanto, la expresión tiene que ser figurativa. Cuando las palabras tomadas literalmente resultan en una contradicción, algo absurdo o una irrealidad, es tiempo para considerar un significado figurativo.

El Sentido Común y la Biblia

Jesús habló de dos hombres. Uno con una paja en el ojo, y el otro con una viga en el ojo. Sin embargo, no es literalmente posible tener una viga en el ojo. ¿Conclusión? Jesús hablaba figurativamente; revelaba una verdad espiritual. En otra ocasión dijo, “si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti” (Mateo 5:29). Jesús no mencionó dos ojos, sino uno; pero ¿ha oído de alguien que pecó con un solo ojo? “Cubriré el ojo izquierdo y codiciaré a esta mujer con el ojo derecho nada más”. ¿Absurdo? Sí. Tiene que ser lenguaje figurativo o simbólico.

El Evangelio de Juan contiene los famosos “Yo soy” de Jesús: “Yo soy el pan” (6:35), “Yo soy la luz” (8:12), “Yo soy la puerta” (10:9), “Yo soy la vid” (15:5). ¿Ha oído alguna vez a alguien que tuviera problemas con estas afirmaciones? Sí, podemos discutir los significados precisos que Jesús quería expresar, pero nadie diría que Jesús quería decir que Él era una puerta literal o una vid literal. Eso sería totalmente irreal. Cuando escuchamos estas declaraciones por primera vez, nuestro sentido común nos dijo inmediatamente que Jesús hablaba figurativa o espiritualmente.

Por otro lado, los incrédulos a menudo usan la regla del sentido común para argumentar en contra de los milagros. Dicen que no tiene sentido que una persona camine sobre el agua; es en contra del sentido común registrar que por el toque de una mano pueda dar la vista a un ciego de nacimiento; y es absurdo decir que una virgen pueda dar a luz un niño. Sin embargo, hay que entender que estos argumentos se basan en la suposición de que no hay Dios que intervenga en los asuntos de este mundo. Esto sería un tema muy diferente —uno digno de hablar— pero completamente fuera del tema de este libro. Nadie Será Dejado Atrás se escribe con la presunción de que Dios existe y que es el verdadero Autor de la Biblia. Una vez aceptemos esta verdad, los milagros son completamente posibles.

Usar el sentido común, por tanto, en la interpretación de la Biblia no debe confundirse con una mentalidad materialista. Usar el sentido común no significa que nosotros los seres humanos sepamos más que Dios. Usar el sentido común significa acercarnos a la Biblia con la mente que Dios nos ha dado. Dios no nos pide que le sirvamos con una fe ciega. Dios no espera que cerremos la mente para acercarnos a Él. Por lo contrario, Dios nos invita: “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta (razonemos juntos)” (Isaías 1:18).

El Sentido Común y la Profecía

Al volver a la profecía, es importante notar que nadie interpreta toda la profecía literalmente, ni siquiera las mismas personas que a veces aparentan reclamar que todo es literal. El sentido común es parte de la razón.

Todo el mundo está de acuerdo de que las bestias de Apocalipsis 13 y 17 son simbólicas. Con una imaginación viva, alguien podría pensar que una bestia literal tuviera siete cabezas (13:1) y aún pudiera hablar (13:5). Sin embargo, ninguna imaginación adulta es tan viva como para aceptar que Apocalipsis 13:7 haga referencia a una bestia literal: “Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación”. La imaginación falla. El sentido común dice que las bestias representan algunos poderes humanos.

Las profecías a menudo mencionan estrellas. Por ejemplo, Apocalipsis 6:13 dice: “Y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento”. Sin embargo, en los versículos 15 y 16, la tierra y su gente todavía existen. Esto es literalmente imposible. Las estrellas son enormes. Si una sola estrella chocara con la tierra, la tierra desaparecería, pero la estrella no se afectaría mucho. Así, el estudiante tiene que buscar una explicación figurativa.

El sentido común nos dice que las bestias de Apocalipsis representan algunos poderes humanos, pero ¿cuáles poderes? El sentido común nos dice que las estrellas en Apocalipsis 6 no pueden ser cuerpos celestes literales. De la misma manera que hablamos de las estrellas del cine, quizás las estrellas de Apocalipsis 6 sean personas notables, pero ¿cuáles personas? El sentido común nos puede ayudar a ver que tenemos que buscar una interpretación figurativa o espiritual a una profecía. Inclusive nos puede dar una idea inicial de cuál es el significado. Una bestia aparenta representar algún poder. Una estrella aparenta representar una persona importante. Sin embargo, esto no es para sugerir que el sentido común sólo proveerá la interpretación de una profecía. Usualmente necesitaremos más información para determinar la interpretación exacta de las figuras en la profecía.

LA BIBLIA DICE ASÍ

La canción dice: “Cristo me ama bien lo sé... la Biblia dice así”. En la misma manera muchas veces podemos decir, “el texto es figurativo; bien lo sé, porque la Biblia dice así”. ¡Qué base más firme tenemos: que la Biblia se interprete a sí misma!

Símil: “como”, “semejante a”

Las clases formales del idioma a veces exploran las figuras retóricas. Algunos ejemplos ya dados se llaman “metáforas”. En la metáfora se dice que una cosa es otra cosa. Es más potente que Jesús diga, “Yo soy la puerta” (una metáfora), que decir “Yo soy como una puerta” (un símil). Para reconocer la metáfora, tenemos que utilizar el sentido común. El símil, por otro lado, utiliza las palabras “como” y “semejante a” para hacer comparaciones y claramente se declara como una figura retórica.

El Salmo 44:22 dice: “Somos contados como ovejas para el matadero”. Como ovejas. Mateo 23:27 lee: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, aparecen hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia”. Semejantes a sepulcros blanqueados. Estos son símiles.

Otra figura retórica, la parábola, se puede definir como el “símil extendido”. “El reino de los cielos es semejante a…” El pasaje entero que sigue “semejante a” es lenguaje figurativo.

Interpretación Dada

A menudo la Biblia hace mucho más que simplemente decir que cierto lenguaje es figurativo; a menudo interpreta la figura. Las parábolas son un ejemplo. En algunos casos, se identifican como parábolas, pero no se da el significado. En otros casos, el significado de varias figuras en la parábola se explica: “Él respondió y les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del Maligno” (Mateo 13:37-38).

El libro de Apocalipsis abre con una visión de Cristo. Él está en medio de siete candeleros y tiene siete estrellas en Su mano. ¿Son las estrellas literales o figurativas? Él mismo contesta en 1:20: “las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias”. La identidad de estos “ángeles” no es clara, pero no hay duda de las siete iglesias. Se identifican en el 1:11; la Biblia ha explicado la figura.

Las Figuras Proféticas Explicadas

La profecía figurativa no comienza en Apocalipsis. ¡Comienza en Génesis! Faraón tuvo un sueño que no entendía. Llamó a José, quien explicó:

Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer. Las siete vacas hermosas siete años son… las siete vacas flacas y feas que subían tras ellas, son siete años; y las siete espigas menudas y marchitas del viento solano, siete años serán de hambre (Génesis 41:25-27).

La profecía utilizó leguaje figurativo —y lo explicó— en el primer libro de la Biblia.

Como hemos visto el sentido común dice que las bestias en la profecía son figurativas. ¿Pero, figuras de qué? Un ejemplo se encuentra en Daniel 8:20-21: “En cuanto al carnero que viste, que tenía dos cuernos, éstos son los reyes de Media y de Persia. El macho cabrío es el rey de Grecia”. La misma Biblia identifica las bestias en estos versículos como naciones o imperios.

Una vez en el templo Jesús predijo Su resurrección. Los judíos lo mal interpretaron completamente. Creían que hablaba literalmente. Juan 2:19-21 explica:

Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Dijeron entonces los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú lo levantarás en tres días? Pero él se refería al templo de su cuerpo.

Esta profecía no se trataba del templo literal donde estaban parados, a pesar de que una persona pensaría eso lógicamente. En este caso, Jesús habló de “este templo” en un sentido figurativo haciendo referencia a Su propio cuerpo. ¿Cómo lo sabemos? La Biblia dice así.

En el día de Pentecostés, Pedro explica una profecía que es en parte figurativa. Él cita el Salmo 16 donde David habla: “Yo… mí… me”. Para ser cumplida literalmente, tendría que referirse a David mismo. Sin embargo, Pedro cuidadosamente demuestra que David no hablaba de sí mismo, sino de Jesús, su descendiente según la carne (Hechos 2:25-32). La profecía parece estar hablando literalmente acerca de David; sin embargo, figurativamente habla de Jesús. Pedro explica y prueba la interpretación figurativa de este Salmo.

“Estrellas” como Personas Importantes

El sentido común ha mostrado que las estrellas en la Biblia son a veces figurativas. Pero, ¿figuras de qué? En cualquier diccionario ordinario en español, por lo menos un significado de “estrella” tiene que ver con las personas. Personas sobresalientes son estrellas: estrellas de fútbol, estrellas del cine, y la estrella del show. Un diccionario explica: “Persona que sobresale en su profesión de un modo excepcional”.(4) Las estrellas brillan. Las estrellas sobresalen.

Así, en el idioma español, “estrella” no significa necesariamente un cuerpo celeste que brilla de noche. Tampoco en la Biblia. De hecho, tan temprano como el libro de Génesis, el sol, la luna, y once estrellas se usan en el sueño profético de José para representar personas (Génesis 37). Su padre Jacob entendió que el sol le representaba a él y las estrellas representaban sus otros once hijos.

La profecía en Daniel 8:8-10 dice que un cuerno pequeño del macho cabrío llegó a ser tan grande que echó las estrellas por tierra. Puesto que Gabriel nos dice que el macho cabrío y el carnero representan dos naciones (8:20-21), la conclusión obvia es que estas estrellas representan personas importantes de alguna nación enemiga.

Ya se ha visto que las estrellas en Apocalipsis 1:16, 20 son ángeles (mensajeros). Ya sean, ángeles celestiales o mensajeros humanos, estas estrellas son seres vivientes como en Génesis. En Apocalipsis 6:13, dice, “las estrellas del cielo cayeron”. Como hemos visto previamente, esto no se puede interpretar literalmente. Tenemos que aceptar que esta profecía trata con la caída de líderes prominentes.

Para hacer una interpretación correcta de profecías que envuelven las estrellas, siempre tenemos que tomar en consideración la posibilidad de que la profecía trata con personas importantes y no con las estrellas que brillan de noche. Este uso figurativo de estrellas en la Biblia está de acuerdo con nuestro uso moderno en español. La Biblia antigua no es tan extraña como a veces la hacemos.

PROFECÍA CUMPLIDA

La Biblia contiene ejemplos claros de profecías que fueron cumplidas literalmente. Por ejemplo, Jeremías predijo que la desolación de Jerusalén duraría setenta años. Esto fue cumplido literalmente (Jeremías 29:4-10; 2 Crónicas 36:19-23).

La Biblia también contiene profecías que fueron claramente cumplidas en un sentido figurativo. Mucho tiempo después de que fue literalmente bautizado por Juan, Jesús dijo, “De un bautismo tengo que ser bautizado; y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla!” (Lucas 12:50). Esto nunca sucedió literalmente. Sin embargo, en Marcos 10:38-39 Jesús conectó este bautismo con una copa (un vaso) que tenía que tomar. ¿Cuál vaso? Más adelante en Getsemaní, Jesús rogó al Padre, “aparta de mí esta copa; pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que tú quieras” (Marcos 14:36). Esta copa y bautismo fueron cumplidos simbólica o espiritualmente en el abrumador sufrimiento de Jesús, desde Getsemaní hasta el Calvario. Era una “copa” como tomar medicina. Era un “bautismo” porque estuvo abrumado y sumergido en el sufrimiento.

¿Cómo podemos saber de antemano si una profecía será cumplida literalmente o figurativamente? Esto puede ser muy difícil, y necesitamos tener mucho cuidado para no presumir que sabemos lo que no sabemos. A menos que la misma palabra de Dios nos de algunas indicaciones claras, ¿cómo podemos saber? En el pasado, Dios ha cumplido algunas profecías literalmente y algunas figurativamente. Dios ciertamente tiene la prerrogativa para cumplirlas en cualquier manera en el presente y en el futuro. Por tanto, debemos tomar gran precaución cuando tratamos con profecías que no han sido cumplidas todavía.

El primer mandamiento de Dios al hombre sirve como ejemplo. Dios dijo del árbol de la ciencia del bien y del mal, “El día que de él comieres, ciertamente morirás” (Génesis 2:17). Una interpretación literal, de sentido común dictaría que el castigo sería la muerte física, literal durante ese día literal de veinticuatro horas. Sin embargo, Adán y Eva no murieron físicamente en el día literal que comieron. Puesto que Dios no miente, se nos obliga a reconocer algún cumplimiento figurativo o espiritual. ¿Estuvo hablando Dios de la muerte espiritual? ¿Usaba Dios la palabra “día” en algún sentido general? ¿Quería decir Dios que llegarían a ser mortales —con la capacidad de morir— el día que comieron? Cualquiera que sea la explicación que una persona prefiera, un cumplimiento físico y literal de ambas palabras: “día” y “morir” sencillamente no sucedió. Así, la primera advertencia profética en la Biblia, por lo menos parcialmente, tuvo un cumplimiento figurativo o espiritual. Se puede ver claramente que antes de que una profecía sea cumplida, no debemos enseñar presuntuosamente que será cumplida literalmente ni que será cumplida figurativa o espiritualmente.

Por otro lado, una vez que una profecía ha sido cumplida —aunque sea figurativamente— no hay ninguna justificación de las Escrituras para esperar en el futuro otro cumplimiento literal también. El que lo hace se coloca en la posición de negar el cumplimiento que ya ha tomado lugar. Esto es de gran importancia en el estudio de muchas enseñanzas del Nuevo Testamento relacionadas con la profecía. Hay muchos ejemplos de profecías del Antiguo Testamento que son explicadas en un sentido figurativo o espiritual en el Nuevo Testamento. La declaración del Nuevo Testamento del cumplimiento de una profecía del Antiguo Testamento es una interpretación inspirada de esa profecía. ¿Cómo podemos rechazar una interpretación inspirada con un reclamo de que todavía tiene que ser cumplida literalmente? Los siguientes ejemplos de Elías, Juan el Bautista, y El Reino de Dios son más que ejemplos —componen un estudio de interpretaciones inspiradas de algunas profecías muy significativas del Antiguo Testamento.

La Profecía Sobre Elías

Cuatrocientos años antes de Cristo, el Antiguo Testamento termina así:

He aquí que yo os enviaré al profeta Elías, antes que venga el día grande y terrible de Jehová. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición completa (Malaquías 4:5-6).

¡Elías viene! ¿Debe tener un cumplimiento literal —Elías mismo viene— a pesar de que hacía tiempo que había salido del mundo? O, ¿se debe entender figurativamente (simbólicamente, espiritualmente) —alguien cómo Elías viene? No hay nada en el contexto para indicar la respuesta. Por lo tanto, debemos presumir que es literal a menos que Dios claramente nos declare lo contrario.

Mateo 17:10-13 es un texto clave:

Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que debe venir antes Elías? Jesús respondió y les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas. Mas os digo que Elías ya vino, y no le reconocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron… Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista.

Juan mismo, sin embargo, proclamó lo opuesto: “Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos de Jerusalén enviaron sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres?… ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy” (Juan 1:19, 21).

¿Quién tenía la razón? ¿Jesús o Juan? El ángel Gabriel ya había resuelto el problema antes de que Juan naciera: “Elisabet te engendrará un hijo, y le llamarás Juan… y él mismo irá delante, en su presencia, con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos” (Lucas 1:13, 17). La última expresión es una cita directa de la profecía en Malaquías. Por tanto, Gabriel está diciendo que Juan el Bautista es el cumplimiento de esta profecía acerca de Elías.

Gabriel dijo que Juan vendría “con el espíritu y el poder de Elías”. Con este esclarecimiento, podemos armonizar las declaraciones de Jesús y de Juan. Jesús estaba diciendo que, sí, Juan era el cumplimiento de la profecía de Elías. Juan estaba diciendo que, no, no era Elías —físicamente. Solamente podemos imaginarnos por qué Juan contestó así. Por otro lado, no es necesario adivinar nada acerca de las declaraciones de Jesús y Gabriel. Gabriel y Jesús están de acuerdo: La intención no fue que la profecía se cumpliera literalmente; la intención fue que se cumpliera figurativa o espiritualmente. Gabriel da la clave: “con el espíritu y el poder de Elías”.

Muchas profecías acerca del Mesías y Su reino solamente se pueden entender por aplicar esta clave dada por Dios: “con el espíritu”. Gabriel dijo en efecto: No busque un cumplimiento físico; sino busque un cumplimiento espiritual. Solamente en esta manera se pueden armonizar muchas profecías del Antiguo Testamento con la realidad del Nuevo Testamento.

Juan el Bulldozer

Juan a menudo se llama “Juan el Bautista” o “Juan, el que sumergía” para distinguirlo de Juan el apóstol. También se podría llamar “Juan el Bulldozer”. Este es el trabajo que Isaías trazó para él:

Preparad el camino del Señor; haced derechas sus sendas. Todo valle será rellenado, y todo monte y collado será rebajado; lo tortuoso se hará recto, y lo áspero se convertirá en caminos suaves; y verá toda carne la salvación de Dios. (Lucas 3:4-6).

Rebajar los montes, rellenar los valles, hacer recto lo tortuoso, y convertir caminos ásperos en caminos suaves —el trabajo de un bulldozer. Ciertamente es obvio a todo el mundo que se contemplaba un trabajo espiritual y no físico. La sección comienza con “Preparad el camino del Señor”, y termina con “Y verá toda carne la salvación de Dios”.

Malaquías habló más directamente cuando profetizó de Juan:

Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres (Malaquías 4:6).

Juan allanó el camino. Trabajó con corazones torcidos. Hizo bajar a los orgullosos. Removió los obstáculos espirituales. Llamó a todo Israel al arrepentimiento diciendo, “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 3:2). Juan pavimentó el camino para que Jesús comenzara Su ministerio.

Mantenga esta interpretación obvia en mente la próxima vez que oiga o lea que las profecías acerca de Israel y el reino tienen que cumplirse literal y físicamente. El trabajo de Juan ciertamente no era ser un bulldozer literal y físico. ¿Quién lo creería? Su trabajo era espiritualmente preparar a Israel para un Rey espiritual de un reino espiritual.

El Reino de Jesús

La regla analizada anteriormente dice que debemos tomar el significado literal de las Escrituras a menos que la situación nos obligue a considerar un significado no literal. Una de las situaciones más importantes es cuando el Nuevo Testamento cita y habla de una profecía del Antiguo Testamento. Ciertamente, interpretaciones del Nuevo Testamento reemplazan impresiones del Antiguo Testamento. Ciertamente, no debemos interpretar las profecías del Antiguo Testamento literalmente cuando el Nuevo Testamento las interpreta espiritualmente.

Cuando Jesús repetidamente dijo, “Oísteis que fue dicho… Pero yo os digo…” (Mateo 5:27-28), Él afirmaba Su superioridad sobre el Antiguo Testamento. Cuando el libro de Hebreos dice, “la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la representación misma de las cosas” (Hebreos 10:1), está diciendo que el Antiguo Testamento contiene solamente una sombra de la realidad, mientras que el Nuevo Testamento presenta la realidad misma. Por tanto, el Nuevo (la realidad) contiene las verdades y reglas claras para interpretar la Vieja (sombra), no viceversa.

Cuando el Nuevo Testamento explica la naturaleza del reino prometido en el Antiguo Testamento, esta explicación llega a ser una regla divina de interpretación. Aún si los textos del Antiguo Testamento fuertemente aparentan predecir un reino terrenal, estamos obligados a aceptar las explicaciones que Jesús y Sus apóstoles dieron a estas profecías.

Es un hecho bien conocido de que los judíos en los días de Jesús esperaban el cumplimiento de numerosas profecías del Antiguo Testamento con relación al Rey y Su reino. También es bien conocido que esperaban un reino literal, físico. Podemos simpatizar con los discípulos que lamentaron sobre la muerte de Jesús diciendo, “nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel” (Lucas 24:21). Sin embargo, ya que tenemos registrado en el Nuevo Testamento la explicación del mismo Mesías sobre las profecías, debemos entender que tales interpretaciones materialistas estaban equivocadas. El rechazo de Jesús y el asesinato de Jesús de parte de los judíos en ninguna manera fue un impedimento contra el establecimiento del reino eterno de Dios, como el futurismo afirma, sino que fue la misma base requerida para hacer que el reino de Dios llegara a ser una realidad.

Antes de que fuera crucificado, Jesús había declarado al gobernador romano con palabras muy claras: “Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos” (Juan 18:36). A pesar de que Jesús era el “Hijo de David”, no tendría un reino como David. No haría guerra como David. David luchó por un reino físico: mató a Goliat; conquistó a Jerusalén de los jebuseos; extendió grandemente sus dominios terrenales. En contraste, Jesús no tomaría armas, ni para salvar Su propia vida ni para echar a los romanos de Jerusalén. “Mi reino no es de este mundo”. El reino de Jesús no tiene nada que ver con poderes temporales, la política, o la fuerza de las armas.

Jesús vino para cumplir las profecías del reino. Escuche sus palabras: “El reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” (Marcos 1:15). Puesto que el tiempo se había cumplido y el reino se había acercado, tenía que ser establecido poco tiempo después de que Jesús habló. Nadie reclama que un reino físico de Cristo se estableció en el primer siglo. Sin embargo, hasta el futurismo reconoce que un reino espiritual se estableció en el primer siglo. Escuche a Tim LaHaye: “Jesús dijo, ‘Mi reino no es de este mundo (Juan 18:36). La primera vez vino a establecer un reino espiritual, al cual se entra naciendo de nuevo”.(5) ¡Amén! ¡Sí, absolutamente! ¡Cómo se puede escapar del hecho de que este reino espiritual es el reino prometido por los profetas de la antigüedad!

Por causa de la misma enseñanza de Jesús, las profecías del Rey y del reino en el Antiguo Testamento no pueden interpretarse literalmente. Tienen que ser interpretadas figurativamente, espiritualmente. Es un reino espiritual con un mensaje espiritual, un Rey espiritual, y una esperanza espiritual. El mismo Rey ha hablado.

Buscar Claves Figurativas

No se puede escapar la conclusión: muchas de las profecías bíblicas tienen que ser interpretadas figurativamente, simbólicamente, espiritualmente. De hecho, todos estos ejemplos nos deben despertar a la necesidad de siempre investigar la posibilidad de una interpretación figurativa a cualquier profecía en cuestión. Cuando la Biblia claramente declara una figura, puede ser una clave para abrir el entendimiento de otras profecías.

En algunas profecías, por ejemplo, las estrellas tienen que ser interpretadas figurativamente, ya sea por la regla del sentido común o porque la Biblia dice así. En otras profecías puede haber duda. ¿Qué entonces? La Biblia a veces demuestra que las estrellas representan personas importantes. Esto puede ser una clave. Nos puede despertar a la posibilidad de que las estrellas por las cuales no hay explicación en otras profecías puedan ser personas importantes.

Hay que dar una palabra de precaución acerca de estas claves (llaves) en la interpretación bíblica. Es como las llaves para una cerradura literal: si la llave (clave) funciona ¾si nos ayuda a sacar el sentido de la profecía¾ todo está bien; utilízala. Si la llave no entra —si no tiene sentido en esa profecía en particular— no trate de forzarla sino recházala en esta profecía.

Una clave importante para abrir varias profecías de tiempo se encuentra en Ezequiel 4:6: “Cada día por un año”. Algunas profecías de tiempo, sí, tienen que tomarse literalmente, como la profecía de Jeremías de la cautividad de 70 años. La profecía de 70 semanas, de Daniel 9, por el otro lado, sencillamente no fue cumplida ¾si una interpretación literal es forzada sobre ella. La mayoría de los creyentes, incluyendo los futuristas, toman esta profecía figurativamente, aplicando la regla de día-por-año. En esta manera Daniel 9, sin duda, llega a ser una de las profecías más potentes de las Escrituras. El artículo “Jesús Cumplió el Programa de Dios a Tiempo”, aplica la regla de día-por-año para determinar las fechas exactas envueltas en el cumplimiento de la profecía de las setenta semanas.

Ambos: Literal y Figurativo

El futurismo hoy día está buscando un cumplimiento futuro literal de muchas profecías que ya han sido cumplidas figurativamente. La interpretación futurista parece ser como la mujer samaritana que tuvo dificultad con entender que Jesús no hablaba de agua literal. Parece que el futurismo no comprende que el mismo Jesús que es espiritualmente una puerta, un pastor, y espiritualmente un cordero pueda ser también un rey espiritualmente. La interpretación futurista no parece entender que las mismas personas que son espiritualmente el cuerpo de Cristo y espiritualmente la familia de Dios sean también espiritualmente el templo de Dios y espiritualmente el reino de Dios.

Esto no significa que toda la profecía se debe interpretar figurativa o espiritualmente. Sin embargo, significa que los cumplimientos figurativos y espirituales tienen que ser tomados en serio. No significa que podemos encerrarnos en un modo de “figurativo solamente”, en la misma manera que no podemos encerrarnos en un modo de “literal solamente”. Claramente algunas profecías se deben interpretar literalmente, e igual de claro, otras profecías se deben interpretar figurativamente. Cuando se examina una profecía específica, no se debe tener prejuicio ni por lo literal, ni por lo figurativo. A través de la historia, Dios nos ha hablado en ambos modos.

Jesús parece haber reconocido las dificultades que algunas personas tendrían al aceptar una interpretación figurativa de una profecía. Con relación a la profecía acerca de Elías analizada anteriormente, Jesús les dijo a sus discípulos: “Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan. Y si queréis recibirlo, él es Elías, el que había de venir” (Mateo 11:13-14, itálicas mías). Jesús estaba advirtiendo a Sus discípulos —de aquel entonces y de ahora— que aceptar una interpretación no literal requiere una disposición de nuestra parte. Jesús estaba advirtiéndonos el hecho de que la interpretación literal no es siempre la interpretación correcta; no es siempre lo que Dios tenía en mente. El estudiante de la Palabra de Dios tiene que tener una mente abierta y un corazón dispuesto para aceptar la evidencia en cada caso. Empieza con lo literal, sí, pero donde la evidencia pide una interpretación figurativa-simbólica-espiritual, acéptela.

Textos bíblicos de la Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2018 por HarperCollins Christian Publishing. Citada con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.

Traducido por David L. Elliott et al.

NOTAS:

  1. Tim LaHaye, Apocalipsis Sin Velo, traducción por Cecilia Romanenghi de Francesco (Miami, Florida: Editorial Vida, 2000), p. 398.

  2. Ibid., páginas dadas en el texto.

  3. Ibid., p. 17.

  4. Vox Diccionario Actual de la Lengua Española, “estrella”.

  5. LaHaye, Apocalipsis, p. 317.