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¿cuál es el primer libro del nuevo testamento?

Por David Vaughn Elliott

Entendiendo los Cuatro Evangelios

Cualquier estudiante de la Biblia sabe que hay 39 libros en el Antiguo Testamento y 27 en el Nuevo, para un total de 66. ¿Verdad que sí? Aun los niñitos saben que los primeros cuatro libros del Nuevo Testamento son Mateo, Marcos, Lucas, y Juan. ¿Verdad que sí?

Pero, espere un momento. ¿Pertenecen los cuatro evangelios al Nuevo Testamento? ¿Comienza el Nuevo Testamento con el nacimiento de Jesús? La respuesta más obvia se encuentra en la misma palabra "testamento." Un testamento es un documento que toma efecto después de la muerte de una persona.

Hebreos 9:16-17 dice, "Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador... pues no es válido entre tanto que el testador vive." Cristo Jesús tuvo que morir antes de que su Nuevo Testamento pudiera entrar en efecto.

Sin embargo, el Nuevo Testamento no entró en vigor en el mismo momento que Cristo murió. Inclusive con los testamentos humanos, hay un período de tiempo y ciertos procedimientos legales después de la muerte del testador antes de que las provisiones del testamento puedan llevarse a cabo. Es lo mismo con el "testamento" de Jesús.

Cinco Cosas Necesarias

La base del evangelio es que "Cristo murió por nuestros pecados... que fue sepultado, y que resucitó" (1 Corintios 15:1-4). Los versículos 14-19 enseñan poderosamente que sin la resurrección, la muerte de Jesús sería en vano. "Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe... aún estáis en vuestros pecados." Así que el Nuevo Testamento no podía comenzar tan pronto Jesús muriera. ¡Él tenía que resucitar!

¡Pero hay más!

Jesús es el sumo sacerdote. Hebreos 7:24-25 dice que Él "tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente." El sacerdocio envuelve nuestra salvación. Pero, ¿cuándo llegó Jesús a ser el sumo sacerdote?

Hebreos continúa: "tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos... si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote (8:1, 4). Para que Jesús llegara a ser nuestro sumo sacerdote (y entonces Salvador), tuvo que regresar al cielo.

No obstante, la ascensión de Jesús no fue suficiente. Poco antes de su muerte, Jesús le dijo a los doce: "Aún tengo muchas cosas que deciros... cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad" (Juan 16:12-13). Luego, antes de su ascensión, Jesús les dijo a los apóstoles "que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre... vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días" (Hechos 1:4-5).

La promesa de Jesús se cumplió diez días después (Hechos 2). Habiendo sido bautizados con el Espíritu Santo, los apóstoles tenían la autoridad divina para predicar las Buenas Nuevas. Por primera vez, hombres y mujeres entraron en el Nuevo Pacto de Cristo Jesús.

Para resumir, cinco cosas eran necesarias para que el Nuevo Testamento (Pacto) realmente entrara en vigor: 1) la muerte, 2) la sepultura, 3) la resurrección, 4) la ascensión, y 5) el bautismo del Espíritu Santo en el día de Pentecostés. Por tanto es en Hechos 2 que en realidad el Nuevo Testamento comienza a funcionar.

Un Tiempo de Transición

Los cuatro evangelios (Mateo, Marcos, Lucas, y Juan) sí pertenecen al Nuevo Testamento en el sentido de que detallan la vida terrenal de Jesús y contienen muchas enseñanzas que llegaron a ser parte del Nuevo Pacto. Recuerde que Jesús vino a la tierra para hacer lo necesario para traer el Nuevo Testamento. Sin embargo, los cuatro evangelios no pertenecen al Nuevo Testamento en el sentido de que el Nuevo no podía entrar en vigor hasta que las cosas grabadas en ellos sucedieran.

Los cuatro evangelios, por tanto, cubren un tiempo de transición "entre" los dos testamentos. Hay cosas en los cuatro libros que tienen que ver solamente con el Antiguo Testamento (Jesús fue circuncidado). Hay cosas en los cuatro que tienen que ver solamente con el Nuevo Testamento (hay que nacer "de agua y del Espíritu"). Y hay cosas en los cuatro libros que tenían que ver solamente con el tiempo de transición en sí (el bautismo de Juan).

Vamos a ver esto con relación al sábado. Fue la costumbre de Jesús entrar en la sinagoga el sábado (Lucas 4:16). Mientras Jesús caminaba en esta tierra, Él era "Señor del día de reposo" (Mateo 12:8). Pero hay que entender que tales declaraciones acerca del sábado se encuentran en los cuatro evangelios porque Jesús vivió bajo el Antiguo Testamento. "Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley" (Gálatas 4:4). Al vivir bajo la ley, Jesús tuvo que guardar la ley.

Después de la muerte de Jesús, algunas mujeres "descansaron el día de reposo, conforme al mandamiento" (Lucas 23:56). Sin embargo, como hemos visto, la muerte de Jesús sola no quita el pecado. ¡Él tuvo que resucitar! De la misma manera, su muerte sola no pudo abrogar la ley antigua y traer la nueva. ¡Él tuvo que resucitar! Cuando las mujeres descansaron, ¡Jesús estaba muerto todavía! El tiempo de transición no se había terminado todavía.

Por medio de su muerte, sepultura, resurrección, y ascensión, y por enviar su Espíritu Santo, Cristo hizo posible su glorioso Nuevo Testamento. Antes de completar todo esto, no podía comenzar. Desde Hechos 2 en adelante, estamos claramente en la época del Nuevo Testamento.

Malas Noticias se Convierten en Buenas Nuevas

Mientras el cuerpo de Jesús colgaba en la cruz, Él era víctima de los insultos punzantes: "A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar" (Mateo 27:42). Parecía que la vida de Jesús acabaría en derrota y desgracia. Los escarnecedores tenían sus propias ideas de cómo Jesús debía salvarse: "Si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz" (versículo. 40).

Los discípulos de Cristo también tenían pensamientos negativos acerca de su muerte. ¿Por qué estaban tan "tristes" los dos discípulos en el camino a Emaús (Lucas 24:13-35)? "Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel" (versículo 21). Estos hombres buenos habían perdido la gran esperanza que tenían en Jesús. ¡Su "Redentor" estaba muerto!

¡Ni los escarnecedores ni los discípulos entendieron que Jesús se salvaría a sí mismo! Lo iba a hacer pero no en la forma en que ellos pensaban. Él iba a resucitar de los muertos. El gran capítulo de la resurrección, 1 Corintios 15, hace hincapié en la vanidad de todo, si Jesús se hubiera quedado muerto. "Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe... ¡aún estáis en vuestros pecados!" (versículos 14, 17). Mas el versículo 20 dice triunfalmente, "¡Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos!" Las malas noticias llegan a ser buenas nuevas. "Evangelio" significa "buenas nuevas."

En Resumen

La Biblia gira alrededor del capítulo 2 del libro de los Hechos. Antes de Hechos 2, el Antiguo Pacto estaba en vigor. Después de Hechos 2, el Nuevo Pacto queda en vigor. El Nuevo Pacto (Testamento) no pudo entrar en vigor antes de la muerte, sepultura, resurrección, y ascensión de Jesús. También tenía que ser después del envío del Espíritu Santo sobre los apóstoles en el día de Pentecostés.

Los cuatro evangelios pertenecen al Antiguo Testamento en el sentido de que la Ley estaba en vigor. Pero también podemos decir que los evangelios pertenecen al Nuevo Testamento en el sentido de que los acontecimientos y muchas de las enseñanzas registradas en ellos son la base para la llegada del evangelio del Nuevo Testamento.

Así que, hay que estudiar con cuidado los cuatro evangelios. Contienen cosas que pertenecen al Antiguo Testamento y contienen cosas que pertenecen al Nuevo Testamento. En adición, contienen cosas que pertenecen solamente a aquel tiempo de transición. Sobre todo, los cuatro evangelios narran los eventos importantes de la vida, enseñanza, muerte, y resurrección de Aquel que vino para establecer el Nuevo Testamento. Narran la vida de Jesús sobre la tierra. Él es el Sumo Sacerdote y Testador que vino a la tierra para darnos este glorioso Nuevo Testamento.

El Texto Bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso.

Traducido por David L. Elliott et al.