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¿Por Qué Roma?

Por David Vaughn Elliott


La mayoría de los estudios sobre Apocalipsis mencionan a Roma tarde o temprano. Puede ser Roma en el pasado, en el presente o en el futuro. Puede ser Roma como un poder político o Roma como un poder religioso. Puede ser Roma como actor principal o Roma como actor secundario en los eventos predichos. De una manera u otra, Roma normalmente forma parte del escenario. ¿Por qué Roma?

La Imagen Impresionante de Nabucodonosor

Todo comenzó hace dos mil seiscientos años cuando el Creador del universo utilizó un tirano del medio oriente para hacer una revelación maravillosa. Nabucodonosor, dictador del antiguo Imperio Babilónico, fue un vaso especial utilizado por Dios para castigar a Israel. Él también fue especialmente escogido por Dios para recibir uno de los más conocidos sueños de todos los tiempos —aunque no entendió ni una sola palabra del sueño. De hecho, ni siquiera podía recordar lo que soñó.

Como algunos políticos modernos, Nabucodonosor llamó a los astrólogos para consultarlos. Les pidió que le dijeran el sueño. Los astrólogos, por supuesto, pidieron que el rey les dijera el sueño para que ellos pudieran dar la interpretación. Sin embargo, Nabucodonosor tenía mucho más sentido común que muchos miembros ingenuos de las iglesias hoy día. No iba a creer cualquier cosa que le dijeran aun cuando fueran las autoridades espirituales respetadas. Él quería evidencia de que los astrólogos en verdad tenían el poder para interpretar los sueños. Por esta razón les demandó: “Decidme, pues, el sueño, para que yo sepa que me podéis dar su interpretación” (Daniel 2:9).

Se puede entender el trastorno de los “sabios” de Babilonia con la demanda del rey. “No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el asunto del rey”, dijeron, “no hay quien lo pueda declarar al rey, salvo los dioses que no viven entre los seres de carne” (Daniel 2:10-11). Más tarde Daniel entró y estuvo de acuerdo de que los astrólogos eran incapaces de revelar el sueño. Sin embargo, Daniel demostró que estaban equivocados en el último punto. El Dios del cielo sí moraba con los hombres —específicamente con los profetas de Israel. Así, Daniel, inspirado por Dios, fue capaz de explicar el sueño.

Cinco Reinos

Una imagen maravillosa… cabeza de oro… pecho de plata… vientre de bronce… piernas de hierro. En adición había una piedra extraordinaria. Después de aplastar la impresionante imagen, la piedra llegó a ser una montaña tan grande que llenó toda la tierra.

Daniel le dijo claramente a Nabucodonosor: “tú eres aquella cabeza de oro” (Daniel 2:38). Daniel siguió, “Y después de ti se levantará otro reino… luego un tercer reino… Habrá un cuarto reino… [y por último] el Dios del cielo levantará un reino” (2:39-40, 44) —cinco reinos en total. Al decir tercer y cuarto reino, es claro que la cabeza de oro es más que simplemente el rey Nabucodonosor. La cabeza incluye el reino entero de Babilonia. Cinco reinos en total son representados: la imagen representaba cuatro reinos de este mundo, y la piedra representaba el reino de Dios.

La identidad de los primeros cuatro reinos es la parte más sencilla de la profecía. Prácticamente todos los creyentes de la Biblia, desde los tiempos antiguos hasta los tiempos modernos, están de acuerdo de que los 4 reinos son Babilonia, Medo-Persia, Grecia, y Roma. ¿Tienen razón estos creyentes?

Años después de la muerte de Nabucodonosor, Belsasar, rey de Babilonia, tenía un banquete real. ¿Quién no ha escuchado la expresión pintoresca: “él vio la escritura en la pared”? Pero, para Belsasar, rey de Babilonia, fue muy lejos de ser pintoresca. Él se espantó tanto cuando vio la mano escribiendo en la pared que sus rodillas daban la una contra la otra. En la explicación que dio Daniel sobre la escritura estas palabras se incluyen: “Tu reino ha sido roto, y dado a los medos y a los persas” (Daniel 5:28). Así que, el segundo reino es el de los medos y de los persas, un hecho también confirmado en los registros históricos fuera de la Biblia.

La historia confirma que el tercer reino es Grecia; el libro de Daniel está de acuerdo. El capítulo 8 contiene una visión de un macho cabrío que totalmente se apoderó y pisoteó a un carnero. Los versículos 20 y 21 señalan: “En cuanto al carnero… los reyes de Media y de Persia. El macho cabrío es el rey de Grecia”. Identificación positiva. El gran cuerno del macho cabrío fue, por supuesto, Alejandro Magno. Alejandro murió prematuramente: “aquel gran cuerno fue quebrado, y en su lugar le salieron otros cuatro cuernos bien visibles hacia los cuatro vientos del cielo” (8:8). Esta es una referencia obvia a la división del imperio de Alejandro en cuatro partes entre sus cuatro generales.

El libro de Daniel no identifica el cuarto reino; pero cualquier estudiante de la historia sabe que el Imperio Romano fue el próximo en el escenario. Roma estaba en el poder cuando Jesús de Nazaret caminó sobre esta tierra. Lucas hace esto claro cuando registra que Jesús nació en los días de Augusto César (Lucas 2:1). También se ve en el registro de Lucas al comienzo del ministerio de Jesús: “En el año decimoquinto del reinado de Tiberio César, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea” (Lucas 3:1). Tiberio es muy conocido como el segundo emperador del Imperio Romano. En la vida del apóstol Pablo, hay frecuentes referencias al reinado de Roma. De hecho, Pablo utilizó su ciudadanía romana para encontrar un juicio justo bajo César en Roma (ver Hechos 25:10-12). Aunque no se nombra en las Escrituras, el César en ese tiempo fue el infame Nerón.

¿Fue Roma el Cuarto Imperio?

Puesto que el Imperio Romano fue el próximo en el escenario del mundo después del imperio griego, es muy natural que los creyentes consideren a Roma como el cuarto reino profetizado. Sin embargo, no todo el mundo cree que el cuarto reino, representado por las piernas de hierro fuera Roma. Algunas personas hoy día creen que las piernas de hierro todavía están en el futuro. ¿Será eso posible? Están de acuerdo que los primeros tres reinos fueron Babilonia, Medo-Persia, y Grecia. Sin embargo, colocan una brecha de más de dos mil años entre el vientre de bronce de la imagen y sus piernas de hierro. ¿Será esta interpretación factible? Vamos a examinar las razones específicas por las cuales los creyentes pasados y presentes están prácticamente unánimes en creer que las piernas de hierro seguramente son una profecía del Imperio Romano.

Nabucodonosor vio una sola imagen en Daniel 2. Tenía la forma de un solo hombre completo con una cabeza, un torso, dos brazos, y dos piernas. Todos los creyentes están de acuerdo de que los primeros tres reinos (imperios) se siguieron inmediatamente uno tras otro, lo cual cuadra con el simbolismo de un cuerpo. Sin embargo, si el cuarto imperio no sigue inmediatamente después del tercero, entonces el cuarto reino hubiera sido una imagen separada. Si hay dos mil años de historia mundial entera entre el tercer y el cuarto reino, se hubiera presentado el sueño con dos imágenes separadas. Sin embargo, el sueño no fue así. Nabucodonosor vio una sola imagen, un hombre completo con todas las partes de su cuerpo conectadas normalmente una con la otra. Dios no nos ha dado a ninguno una sierra, con la libertad de amputar las piernas de la imagen para apartarlas y ponerlas solas.

El sencillo hecho de dar números a los reinos es una confirmación de que están conectados. Después de discutir la cabeza de oro, Daniel 2:39-40 dice, “después de ti se levantará otro reino… luego un tercer reino… Habrá un cuarto reino”.Tanto “tercer” como “cuarto” se especifican. El texto no dice “octavo” o “duodécimo”, ni tampoco dice sencillamente “otro” y “otro”. Dice “tercer” y “cuarto”.

La relación estrecha entre los cuatro reinos se expresa además en las siguientes palabras a Nabucodonosor: “cabeza de oro… otro reino… un tercer reino… un cuarto reino… quebrantará todo (todos éstos)” (Daniel 2:38-40). En este contexto, “todo (todos éstos)” se refiere a los tres reinos anteriores. No tiene sentido en este sueño que “todo (todos éstos)” pueda referirse a algunos reinos no nombrados que vendrían dos mil años en el futuro. Al decir que el cuarto reino quebrantaría “todo (todos éstos) (los otros tres reinos), se requiere una conexión histórica con los primeros tres.

Como se tratará más adelante, algunos argumentan que Roma no fue un reino universal; por tanto, ellos esperan un imperio o reino futuro para cumplir esta parte de la profecía. Sin embargo, Daniel 2 no dice “el cuarto reino universal”. Sencillamente dice “cuarto reino” (2:40). Estemos de acuerdo o no de que Roma fue un reino universal, Daniel dice, “cuarto reino”. Estemos de acuerdo o no de que Roma fue fuerte como hierro, Daniel dice, “cuarto reino”. Independientemente de nuestras ideas preconcebidas de cómo debe ser ese reino, Daniel dice que sería el cuarto reino. Hablando históricamente, no hay duda de que Roma fue el cuarto reino.

Daniel 7 —Los Cinco Reinos Revisitados

El sueño de Nabucodonosor en el capítulo 2 de Daniel no está solo. En el capítulo 7, Daniel registra visiones relacionadas que él mismo recibió. Dios le dijo a Daniel que las cuatro bestias representaban cuatro reyes (7:17) o reinos (7:23). Esto se parece a Daniel 2. La diferencia es que en un caso hay una imagen y en el otro caso, cuatro animales. Sin embargo, hay un problema en el capítulo 7. Ninguno de los reinos se identifica abiertamente; así que ¿dónde comienza la profecía? Daniel 2 llega a ser la imprescindible clave para entender a Daniel 7.

Ambos capítulos predicen cuatro reinos terrenales. Ambas profecías se hicieron durante el imperio babilónico. Ambos capítulos colocan mucho más énfasis en el cuarto reino que en los tres que le preceden. Ambos capítulos usan el hierro como un símbolo del cuarto reino —en uno, las piernas son de hierro; en el otro, la cuarta bestia tiene dientes de hierro. Ambas profecías enfatizan la fuerza y destrucción causada por el cuarto reino:

Habrá un cuarto reino fuerte como hierro, semejante al hierro que rompe y desmenuza todas las cosas… así él lo quebrantará todo (2:40).

La cuarta bestia será un cuarto reino… devorará toda la tierra, la pisoteará y la trillará (7:23).

En adición, el reino de Dios es el siguiente y último reino representado en ambos capítulos.

Al combinar toda la evidencia, la única manera significativa de interpretar el capítulo 7 es hacerlo en la forma que casi todo el mundo siempre lo ha interpretado. Hay muchas razones para creer que los cuatro reinos en las dos profecías son los mismos. De hecho, no hay razón para creer de otra manera. Puesto que Daniel 2 positivamente identifica el primer reino como el poder de Babilonia, esta llega a ser la única posibilidad que tenga sentido para comenzar la interpretación del capítulo 7. Así que, el león es Babilonia, el oso es Persia, el leopardo es Grecia, y la bestia terrible es Roma.

Testimonio de Cristianos de los Primeros Siglos

A pesar de que los cristianos de los primeros siglos diferían en muchos puntos relacionados con la profecía, muchos estaban de acuerdo que vivían durante el tiempo de las piernas de hierro de la imagen —el tiempo de la cuarta bestia. Reconocían a Roma como el cumplimiento tanto de Daniel 2 como de Daniel 7. Hipólito, que vivió entre los años 170 y 236 d.C., ofrece un ejemplo de este punto de vista. Al discutir Daniel 2 y 7, él escribe:

La cabeza de oro de la imagen y la leona denotaban a los babilonios; los hombros y los brazos de plata, y el oso, representaban a los persas y a los medos; el vientre y los muslos de bronce, y el leopardo, significaban a los griegos, los cuales mantenían la soberanía desde los tiempos de Alejandro; las piernas de hierro, y la bestia espantosa y terrible, expresaban los romanos, que mantienen la soberanía al presente; los dedos de los pies que eran en parte de barro y en parte de hierro, y los diez cuernos, eran símbolos de los reinos que todavía se levantarán.(1)

En el artículo “Hombre de Pecado –la Historia” se dan algunas citas adicionales de los cristianos de los primeros siglos. Thomas Newton escribió en el siglo dieciocho: “Todos los escritores de la antigüedad, tanto judíos como cristianos, están de acuerdo con Jerónimo al explicar que el cuarto reino es el romano”.(2)

En el tercer siglo d.C., el pagano Porfirio adoptó un punto de vista contrario y reclamó que el tercer reino fue solamente el de Alejandro Magno, mientras que el cuarto reino consistía de los sucesores de Alejandro. Los “teólogos” liberales modernos han seguido el ejemplo pagano. Como Porfirio, ellos desesperadamente tratan de eliminar toda la profecía de Daniel. Su método es reclamar que el libro de Daniel es una falsificación hecha por un judío desconocido en el segundo siglo antes de Cristo. Ellos afirman que las profecías de Daniel ya eran historia para el tiempo en que el libro fue escrito. Al otro extremo existieron algunos escritores en el siglo diecinueve que reclamaron que Roma fue el tercer reino y el cuarto todavía queda en el futuro. Todas las interpretaciones que niegan que Roma sea el cuarto reino son puntos de vista de una minoría que se compone mayormente de incrédulos.

Casi todos los creyentes de la biblia a través de la historia han creído que Roma es el cuarto reino. Ellos mantuvieron este punto de vista por muchas razones excelentes que se presentan en este artículo. Sin embargo, después de reconocer que es Roma, hay mucha divergencia con relación al significado de este hecho. Algunos creyentes colocan todo el cumplimiento, o en el primer siglo, o en los primeros cuatro siglos. Otros creyentes colocan el cumplimiento a través de la historia desde el primer siglo hasta el presente. Otros colocan la mayoría del cumplimiento en nuestro futuro. Así que hay mucha divergencia. El punto aquí es sencillamente sustanciar el hecho de que Daniel profetizó acerca de Roma. Este es el primer paso vital hacia el entendimiento de muchas profecías, tanto en Daniel como en Apocalipsis.

“Toda la Tierra”

En varias maneras, Daniel 2 y 7 indican que el cuarto reino tendría poder sobre toda la tierra (2:40; 7:23). Algunos argumentan que esto no fue el caso con el Imperio Romano; por tanto, estas profecías no pueden referirse a Roma. Sin embargo, hay declaraciones similares de universalidad tanto con relación al primer reino como al tercer reino (2:37-39). En adición, considere expresiones cotidianas como “todo el mundo estaba allí”, “el pueblo entero salió”, “viajó por todo el mundo”. Todos entendemos que tales expresiones no son cien por ciento absolutas. Son generalizaciones —exageraciones para dar énfasis. El término técnico es “hipérbole”. Un buen ejemplo bíblico es Mateo 3:5: “Y acudían a él de Jerusalén, de toda la Judea, y de toda la región de alrededor del Jordán”.

Con relación al Imperio Romano, noten lo que Lucas dice cuando introduce el nacimiento de Jesús: “Por aquellos días, salió un edicto de parte de César Augusto, para que se hiciera un censo de toda la tierra habitada… Y todos marchaban a inscribirse en el censo, cada uno a su propia ciudad” (Lucas 2:1, 3). Sea lo que sea la interpretación que uno quiere dar a las expresiones en Daniel 2 y 7 con relación a “toda la tierra”, hay que dar la misma interpretación en Lucas 2. Sea lo que sea el significado que Daniel quiere dar con relación al alcance del primer, el segundo y el cuarto reino, Lucas 2 dice la misma cosa con relación al reino que tenía poder en ese tiempo, el Imperio Romano. En los días de Augusto, el primer emperador de Roma, el Imperio Romano era un reino tan universal como Daniel había profetizado. La Biblia dice así.

Tiempo para el Quinto Reino

Durante los días tempranos del Imperio Romano, Jesús proclamó que llegó el tiempo para establecer el reino de Dios: “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado” (Marcos 1:15). Para decirlo en otra manera: “El tiempo ha venido para la llegada del reino de Dios”. ¿El tiempo ha venido? ¿El tiempo cumplido? ¿El reino de Dios? Sin duda, Jesús hacía referencia a las predicciones de los profetas inspirados de Israel, muchos de los cuales hablaban de un reino venidero. Entre estos, no hay profecía que destaque y apunte con precisión el tiempo para la llegada del reino como lo hace Daniel.

Después de describir con bastantes detalles las piernas, pies y dedos del cuarto reino, Daniel le dijo a Nabucodonosor: “Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido” (2:44). Dios prometió establecer Su reino en los días del cuarto reino terrenal. Cuando Jesús dijo que el tiempo había llegado para establecer el reino de Dios, Él reclamaba indirectamente que vivía en los días de los reyes del cuarto reino. ¡El cuarto reino había llegado! Si el cuarto reino no hubiera llegado no sería tiempo para la llegada del reino de Dios. Nadie disputa que Roma era el imperio en el poder cuando Jesús habló; por tanto, el Imperio Romano es el cuarto reino de Daniel 2 y Daniel 7.

Jesús no fue el único que anunció el acercamiento del reino. Juan el Bautista, los apóstoles, y “los setenta” todos salieron predicando, “el reino de los cielos se ha acercado”, “se ha acercado a vosotros el reino de Dios” (Mateo 3:2; 4:17; 10:7; Lucas 10:9). Además, Jesús también predijo: “hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean el reino de Dios cuando haya venido con poder” (Marcos 9:1). En otras palabras, el reino de Dios, profetizado en Daniel 2 y en otras partes, llegaría durante la vida de los presentes. Puesto que su vida fue durante el Imperio Romano, el Imperio Romano tiene que ser “estos reyes”, las piernas de hierro.

Uno de tantos versículos sobresalientes que confirman la llegada del reino de Jesús en el primer siglo es el que Pablo escribió a los hermanos en Colosas mientras Nerón era emperador: “el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo” (Colosenses 1:13). “Nos ha librado… y trasladado” —tiempo pasado, hecho cumplido. “Al reino”. El reino predicho de Dios era una realidad presente cuando Pablo escribió. Por consecuencia, Nerón fue uno de “estos reyes” predichos en Daniel 2.

Información Extendida en el Capítulo 7

A la medida que profundizamos más en estas profecías, tenemos que mantener en mente que Daniel 7 ofrece información con relación a la cuarta bestia que se extiende más allá de la información dada en el capítulo 2 con relación a las piernas y pies de la imagen. En el capítulo 7 no solamente tenemos una bestia, sino que la bestia tiene diez cuernos:

Los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro [cuerno pequeño], el cual será diferente de los primeros, y derribará a tres reyes (7:24).

Estos diez cuernos nos proveen información no incluida en la imagen del capítulo 2.

El capítulo 2, de hecho, habla de un reino “dividido”. Un cauteloso estudiante de la biblia, sin embargo, notará que el texto no dice nada acerca de diez dedos que representen diez divisiones. Los diez dedos de los pies de la imagen no tienen ningún significado profético como tampoco lo tienen los diez dedos de la mano ni las dos orejas. El capítulo 2 claramente identifica la división: “Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido… el reino será en parte fuerte, y en parte frágil” (Daniel 2:41-42). La división no son los diez dedos de los pies, sino el hierro y el barro. El reino será al principio fuerte como hierro (las piernas). Sin embargo, en sus últimas etapas (los pies y los dedos), será debilitado como la representación de barro mezclado con hierro. Nada en el capítulo 2 trata con los eventos en Roma después de la caída del Imperio Romano. Todo lo que se representa en la imagen es el Imperio Romano mismo y su caída cuando se desmenuza por la piedra. De hecho, el capítulo 2 ni siquiera dice que la imagen tenía diez dedos; es una presunción que así fue. El “diez” no viene al caso en el capítulo 2.

En contraste, los diez cuernos de la bestia terrible en el capítulo 7 definitivamente vienen al caso. Como ya se ha visto, este capítulo específicamente dice que los diez cuernos son “diez reyes”. Pero, ¿cuál es el significado de “reyes”? Puesto que un rey es cabeza y es el representante principal de un reino, “rey” a veces significa “reino”. En Daniel 7:17 dice que las cuatro bestias son cuatro reyes. Sin embargo, Daniel 7:23 dice que la cuarta bestia es un “cuarto reino”. La cuarta bestia es un cuarto rey que representa un cuarto reino. Por tanto, los diez cuernos no son necesariamente diez reyes individuales, sino que bien pueden ser una predicción de diez reinos que se levantarían del Imperio Romano. Muchos estudiantes de la Palabra entienden que estos diez cuernos y el cuerno pequeño (7:8) nos llevan proféticamente a los tiempos históricos después de la caída del Imperio Romano, y describe su división en muchas partes. Es decir, el poder de Roma continúa, pero en una forma diferente. Muchos de nosotros vemos claramente que el cuerno pequeño representa el poder religioso organizado que se levantó en Roma de las cenizas del Imperio Romano.

Las Bestias de Apocalipsis 13

La mayoría de las personas se interesan mucho más en el libro de Apocalipsis que en el libro de Daniel. Sin embargo, una gran parte de Apocalipsis sería aún más difícil de interpretar si no fuera por el fundamento puesto en Daniel. Esto se aplica especialmente a las bestias de Apocalipsis 13 y 17.

Daniel ofrece la clave para interpretar las bestias simbólicas. Los registros de las bestias en la profecía no se pueden tratar como parábolas como algunos creyentes enseñan. Las parábolas enseñan verdades espirituales genéricas que son aplicables a muchos tiempos y lugares. La profecía bíblica, por otro lado, predice eventos específicos en tiempos y lugares específicos. El uso de bestias en Daniel ofrece prueba clara de esta verdad. En Daniel 7 y 8, Dios nos dice que estas bestias proféticas hacen referencia a unos poderes políticos específicos en tiempos específicos de la historia (7:17, 23; 8:20-21). En otras palabras, estas visiones que presentan bestias no son sencillamente un relato de la batalla entre el bien y el mal —¡son profecías! Predicen poderes políticos específicos en tiempos específicos de la historia: Babilonia, Medo-Persia, Grecia, y Roma. Además de ser profecías por derecho propio, Daniel 7 y 8 son la clave bíblica para abrir nuestro entendimiento de las bestias en Apocalipsis 13 y 17. Con Daniel como autoridad, las bestias en Apocalipsis tienen que interpretarse como potencias mundiales específicas en tiempos específicos de la historia.

Si esta clave para interpretar las bestias proféticas fuera la única ayuda que Daniel nos ofreciera para la interpretación de Apocalipsis, sería substancial. Sin embargo, Daniel 7 ofrece mucho más ayuda. En Apocalipsis 13, la primera bestia se describe como una que “tenía diez cuernos y siete cabezas… semejante a un leopardo… oso, y… león” (13:1-2). ¡Extraordinario! Las cuatro bestias nombradas en Apocalipsis 13 son exactamente las mismas cuatro bestias de Daniel 7. Además, están listadas precisamente en el mismo orden, pero al revés. Seguramente, Apocalipsis nos está dirigiendo a Daniel 7 para la clave de la interpretación. La bestia de Apocalipsis 13 tiene ciertas características de todas las cuatro bestias de Daniel 7. El único reino que tendría características de todos los cuatro reinos sería el último. Puesto que el último mencionado en Daniel 7 es el Imperio Romano, obviamente la primera bestia de Apocalipsis 13 es precisamente ese mismo poder.

Roma en su Desarrollo Posterior

Roma era la potencia mundial cuando Juan escribió el libro de Apocalipsis, hacia el final del primer siglo. En el capítulo 17, otra vez encontramos una bestia que “tenía siete cabezas y diez cuernos” (17:3). A pesar de que la bestia es escarlata, seguramente hay una conexión con la bestia con siete cabezas y diez cuernos del capítulo 13. La información acerca de los diez cuernos en el capítulo 17 es más instructiva: “Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino” (17:12). Hemos aprendido que la bestia es Roma, que tenía el poder en aquel entonces. Sin embargo, aquí el texto dice que los diez cuernos de la bestia (también mencionados en Daniel 7 y Apocalipsis 13) estaban todavía en el futuro para Juan. Representaban un desarrollo que tomaría lugar en el segundo siglo o después. La bestia ya existía, pero la fase de los diez cuernos no había comenzado.

Ireneo, el cual escribió en el segundo siglo siguió viendo los diez cuernos como un desarrollo futuro del Imperio Romano. El habla de que Juan en Apocalipsis escribe “de los diez reyes [que se levantarán] que se dividirán el reino que ahora impera [sobre la tierra]”(3) En otras palabras, los diez cuernos tienen que ver con la división del Imperio Romano. Temprano en el tercer siglo, Hipólito se veía viviendo bajo el cuarto reino, pero veía a los diez cuernos como algo en su futuro: “los diez cuernos, eran símbolos de los reinos que todavía se levantarán”.(4)

Para el quinto siglo d.C., el decadente Imperio Romano se desintegró en diez partes bárbaras inaugurando la Edad Media. Fue un tiempo de convulsión; los poderes y las fronteras eran inestables. Por esta razón, no todos los eruditos dan los mismos nombres, ni exactamente diez. Sin embargo, la siguiente lista típica de las gentes envueltas, se puede confirmar generalmente por cualquier libro de historia que cubre la caída del Imperio Romano: los burgundios, los francos, los hérulos, los hunos, los lombardos, los ostrogodos, los sajones, los suevos, los vándalos, y los visigodos. El Imperio Romano Occidental se había desintegrado; los diez cuernos predichos habían llegado a ser una realidad histórica.

En la imagen de Daniel 2, no hay nada que nos lleve más allá del Imperio Romano como tal, que cayó en el año 476 d.C. cuando el último emperador de Roma fue derribado. Sin embargo, Daniel 7 y Apocalipsis claramente nos llevan mucho más allá de ese punto en la historia. El Imperio Romano es solamente el punto de partida para interpretar las bestias de Daniel 7 y las de Apocalipsis 13 y 17.

Un Imperio Romano Revivido

Con relación a la primera bestia, Apocalipsis 13:3 dice: “Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada”. Luego en los versículos 11 y 12 se presenta otra bestia: “Después vi otra bestia… tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero… Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella… la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada”. La primera bestia, Roma imperial, recibe una “herida mortal”. “Mortal” significa fatal, que causa la muerte. Sin embargo, la herida fue sanada.

Apocalipsis así profetizó que Roma imperial prácticamente moriría, pero, el poder romano seguiría viviendo. Esto nos lleva más allá del año 476 d.C. Después de ese tiempo, una bestia como cordero se levantaría que tendría toda la autoridad de Roma imperial y ejercería ese poder en presencia de una Roma revivida. Lo único que uno tiene que hacer es leer la historia para ver claramente lo que pasó en Roma después de la caída del Imperio Romano Occidental. Tratar en detalle con esa historia es más allá del alcance de este artículo, pero se dan algunos puntos sobresalientes en los tres artículos sobre el hombre de pecado y en el artículo sobre el 666.

Los desarrollos profetizados en Apocalipsis 13 y 17 son los mismos a los cuales ya se hizo referencia en Daniel 7. En Daniel 7, hay un poderoso cuerno pequeño que suplanta tres de los diez cuernos y actúa brutal y blasfemamente. Un estudio cuidadoso y una comparación de los textos nos llevan a la conclusión de que este cuerno pequeño de Daniel 7 es una profecía del mismo poder que representa la bestia que es como cordero en Apocalipsis 13. El cuerno pequeño es un desarrollo relacionado con Roma que toma lugar algún tiempo después de la división del Imperio Romano en diez partes.

Entre otras deficiencias, la teoría futurista de un moderno “Imperio Romano revivido” hace caso omiso totalmente a la historia de la antigüedad y a la historia medieval. Un Imperio Romano revivido no es algo que se debe buscar en los tiempos modernos; ya es historia. Roma imperial cayó. Sin embargo, a diferencia de Nínive y Babilonia de la antigüedad, la ciudad de Roma no llegó a quedar en ruinas. Por lo contrario, Roma revivió después del año 476 d.C. y siguió ejerciendo gran poder sobre Europa y mucho más lejos. La herida mortal fue sanada, la bestia siguió viviendo después de que hubiera sido muerta.

Estas verdades en Daniel 7 y Apocalipsis 13 se expresan en otra manera en Apocalipsis 17:8: “la bestia que era y no es, aunque es inminente su presencia” Note las tres etapas:

  1. “La bestia que era”: el Imperio Romano.

  2. “Y no es”: Roma cayó.

  3. “Aunque es inminente su presencia”: el emperador de Roma fue reemplazado por el obispo de Roma, que más tarde fue llamado el Papa.

Roma siguió viviendo, y durante la Edad Media (la Edad Oscura), Roma reinó sobre las posesiones y las almas de los hombres. A pesar de que el poder de Roma se ha disminuido sustancialmente, hasta el día de hoy hay súbditos leales en casi todas las naciones del mundo que rinden su fidelidad al hombre que se sienta en el Palacio del Vaticano en Roma.

La Gran Ciudad de las Siete Colinas

Apocalipsis 17:9 interpreta: “Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer”. Más tarde, versículo 18 dice: “Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra”. La mujer se sienta sobre siete montes, y la mujer es la gran ciudad. Desde los tiempos antiguos, Roma se ha conocido como la ciudad de las siete colinas: El monte Palatino, el Aventino, el Celio, el Esquilino, el Viminal, el Quirinal, y el Capitolino. A pesar de que estos nombres no tienen ningún significado para nosotros, el hecho de que Roma es una ciudad de siete colinas es bien conocido. ¿Puede haber duda sobre el hecho de que la ramera y la bestia escarlata están relacionadas con Roma?

Un estudio profundo e identificación adicional de Roma se encuentra en los tres artículos sobre las profecías del “hombre de pecado” y el artículo sobre el “666”.

Textos bíblicos de la Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2018 por HarperCollins Christian Publishing. Citada con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.

Traducido por David L. Elliott et al.

NOTAS:

  1. Hippolytus [Hipólito], Treatise on Christ and Antichrist, in vol. 5, The Ante-Nicene Fathers, par. 28.

  2. Thomas Newton, Dissertations on the Prophecies, revised by W. S. Dobson (Philadelphia: J. J. Woodward, 1838), p. 192.

  3. Ireneo, Contra Herejes, Traducción por Carlos Ignacio González, S.J,
    (Internet: disponible en varios sitios como: https://mercaba.files.wordpress.com/2007/10/contra-los-herejes.pdf), 5,26,1

  4. Hippolytus [Hipólito], Treatise, párr. 28.