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satanás atado

por David Vaughn Elliott

SATANÁS ES EL ENEMIGO PÚBLICO número uno. Entre los asuntos más importantes en la vida, están las relaciones entre Satanás, Dios, y el hombre. ¿Controla Dios a Satanás? ¿Hasta qué punto? ¿Somos más fuertes que Satanás o es Satanás más fuerte que nosotros? ¿Qué significa que Satanás es atado en Apocalipsis?

Símbolos de Realidades Espirituales

El capítulo 20, como todo Apocalipsis, está lleno de simbolismo. En el 20:2 tenemos “al dragón, la serpiente antigua” (negritas añadidas). Esta no es literalmente una culebra en la grama ni literalmente un dragón chino, como tampoco el Cordero de Apocalipsis sea un mamífero literal de cuatro patas. Ciertamente “la serpiente antigua” nos lleva la mente atrás, hasta el Edén. También, “Satanás se disfraza como ángel de luz” (2 Corintios 11:14). El viene con muchos disfraces. En este caso ante nosotros, el mismo Apocalipsis interpreta la figura: “al dragón, la serpiente antigua, que es el Diablo y Satanás” (20:2).

Otro símbolo es “la llave del abismo” (Apocalipsis 9:1). La “llave” aparece seis veces en el Nuevo Testamento. Ni una sola vez hace referencia a una llave literal física. Las “llaves del reino” (Mateo 16:19), ciertamente no son llaves físicas para puertas físicas. La “llave del conocimiento” (Lucas 11:52), es obviamente un concepto espiritual. Jesús posee las llaves del Hades, de la muerte y de David (Apocalipsis 1:18; 3:7). ¿Quién reclamaría que una llave física fue pasada de David a Jesús? Tampoco puede haber una llave física a la muerte.

“Llaves” en los casos arriba son claramente el poder de hacer disponible (abrir) y de restringir (cerrar). No tenemos que buscar el tamaño o la forma de la “llave del abismo.” Todo es simbólico de grandes restricciones puestas sobre Satanás.

“Atar” es otra palabra principal en Apocalipsis 20. “Atar” expresa limitaciones u obligaciones. “La mujer está ligada mientras el marido vive” (1 Corintios 7:39). Ya sean las leyes de Dios o las de los hombres, a menudo hablamos de las leyes como ligaduras. La mujer ligada en ninguna manera implica inactividad o falta de habilidad para influenciar a otros. La ligadura se refiere a una sola circunstancia –el hecho de que no puede dejar a su marido por otro hombre.

Jesús dijo de la enseñanza futura de los apóstoles: “Todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo” (Mateo 18:18). Este “atar” ni limita a nadie físicamente, ni obliga a nadie para hacer la voluntad de Dios. Antes bien, la doctrina de los apóstoles se ata espiritualmente con consecuencias eternas.

Para entender los símbolos de Apocalipsis, tenemos que considerar cómo se usan en otros lugares. Para entender el concepto que admitimos es difícil de atar a Satanás, tenemos que considerar todo lo que el Nuevo Testamento enseña con relación a los límites puestos sobre Satanás.

Jesús Resiste las Tentaciones de Satanás

La gran guerra entre Dios y Satanás, que es por lo menos tan vieja como la tierra, entró en una fase nueva cuando Jesús vino. Entre otras cosas, Él vino para batallar contra nuestro malvado enemigo, Satanás.

Justo antes de comenzar Su ministerio, Jesús fue confrontado por Satanás. Dos tentaciones se iniciaron con el reto: “Si eres Hijo de Dios” (Mateo 4:3, 6). Satanás tiene que haber sabido que no podía tentar a Dios. Ciertamente sabía que había logrado tentar (y causar pecar) a todo ser humano que jamás ha vivido. Ahora Satanás tenía un reto nuevo: la deidad en la carne. Así, estas dos tentaciones eran retos para Jesús probarse. “Vamos a ver,” dice Satanás, “si en verdad tu eres el Hijo de Dios. Pruébalo.” Jesús resistió.

La tercera tentación atacó en una manera diferente: “si postrándote me adoras” (Mateo 4:9). Si se postraba para adorar a Satanás desacreditaría la deidad de Jesús, puesto que estaría haciéndose inferior a Satanás. Satanás y el Verbo estaban en combate fuerte. Jesús ganó las tres rondas.

Jesús Venció los Demonios de Satanás

Casi todos los casos de posesión por demonios registrados en la Biblia toman lugar durante el ministerio de Jesús. Satanás tiene que haber reconocido que Jesús en la carne era una amenaza seria a su poder. Por tanto, desencadenó todos sus poderes. Trató todo para vencer a Jesús. Sin embargo, sus planes eran contraproducentes.

Las multitudes estaban tan impresionadas con el poder de Jesús que seriamente consideraron que Él podría ser el prometido “hijo de David” (Mateo 12:22-23). Los fariseos, muy inquietados, respondieron que Jesús echaba los demonios por el poder de Beelzebú (versículos 24-27). Su comentario le dio a Jesús la oportunidad perfecta de hacer dos declaraciones sorprendentes.

Primeramente, Jesús dijo: “Pero si yo expulso los demonios por el Espíritu de Dios, entonces el reino de Dios ha llegado a vosotros” (versículo 28). El poder de Jesús sobre los demonios fue evidencia de la llegada del reino de Dios. Era evidencia que Satanás no podía parar el reino que había sido prometido por los profetas de Israel. Ningún rechazo de los judíos detendría la llegada del reino. Satanás mismo no podía pararlo. De hecho, el reino de Dios espiritual está precisamente envuelto en vencer el poder de Satanás en la vida de los hombres.

Jesús Ató a Satanás

Jesús hizo la segunda declaración sorprendente ese día: “¿Cómo puede alguien entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata?” (Mateo 12:29; negritas añadidas). En el contexto el hombre fuerte es Satanás, la casa es su esfera de influencia. (Compare Mateo 4:8-9) y el que saquea la casa es Jesús. Echar fuera demonios, como Él acababa de hacerlo, es un ejemplo del saqueo. Para saquear la casa de Satanás, Jesús “primero lo ata.” Jesús en ese mismo momento estaba en el asunto de “atar” a Satanás.

¡“Atar” aquí es precisamente la misma palabra en español (y en griego) que se usa en Apocalipsis 20:2! Así, el concepto de atar a Satanás no es nuevo en Apocalipsis. Atar a Satanás no tiene que ser relegado a nuestro futuro. Aun antes del Calvario y la tumba abierta, el poderoso Verbo de la Vida andaba en este planeta, limitando a Satanás –“atándole.”

Marcos 3:27 lee básicamente igual a Mateo 12:29. En el texto paralelo de Lucas, las palabras de Jesús se registran diferente: “Cuando un hombre fuerte, bien armado, custodia su palacio, sus bienes están seguros. Pero cuando uno más fuerte que él lo ataca y lo vence, le quita todas sus armas en las cuales había confiado y distribuye su botín” (11: 21-22). Jesús dice que Él es “más fuerte que” Satanás, y que los bienes de Satanás ya no están “seguros” y que Jesús “lo vence.” Jesús “le quita todas sus armas en las cuales había confiado.” Jesús “distribuye su botín.” ¡Jesucristo vence a Satanás!

El problema con muchos creyentes es que piensan en “atar a Satanás” sólo en conexión con Apocalipsis 20. Pasan por alto “atar a Satanás” en los evangelios. El libro de Apocalipsis es “La revelación de Jesucristo” (1:1). Este Jesucristo es el mismo Jesucristo que habló de atar a Satanás 65 años antes, en la presencia del mismo Juan que escribió Apocalipsis. Mateo 12, Marcos 3, Lucas 11 y Apocalipsis 20 no se pueden aislar el uno del otro. ¡Jesús venció y ató a Satanás la primera vez que vino a la tierra!

“Atar” No Es un Término Absoluto

Hay mucha discusión con relación a cuán absoluto fue o será el “atar” a Satanás. Un examen del ministerio terrenal de Jesús nos suple con claves importantes. A pesar de Jesús hablar de atar a Satanás, Satanás todavía tenía un poder enorme en aquel entonces. Las personas poseídas por demonios demostraron el poder de Satanás. Satanás trabajaba aun en las vidas de los apóstoles de Jesús. Lamentamos por los hipócritas que hay en la iglesia hoy día, sin embargo aun Jesús tenía su Judas. Considera como las multitudes se volvieron contra Jesús y empujaron a Pilato para permitir Su crucifixión.

A pesar de toda la actividad de Satanás durante el ministerio de Jesús, Jesús dice que Él ataba a Satanás en aquel entonces. Por tanto, no hay ninguna justificación para forzar que el “atar” a Satanás en Apocalipsis 20 sea una situación en que Satanás sea totalmente inactivo, sin más influencia sobre la gente. Tal interpretación de “atar” es doctrina de hombres, sin un solo texto Bíblico para confirmarla. A través de las Escrituras, atar espiritualmente se refiere a poner ciertas limitaciones y ganar ciertas victorias. No se refiere a causar que cese todo poder e influencia.

Ser “encadenado” limita una persona, pero de ninguna manera restringe a la persona de toda actividad e influencia. Esto fácilmente se ilustra en el encarcelamiento de Pablo. Mientras Pablo estaba encadenado, convirtió a Onésimo (Filemón 10). En Filipenses 1:12-14 Pablo dice que estar en cadenas ha “redundado en el mayor progreso del evangelio.” Cinco de sus epístolas fueron escritas mientras estaba en cadenas. Las cadenas y el encarcelamiento limitan a las personas, pero no quitan todo el poder.

Satanás Echado Fuera

Jesús usó más expresiones para declarar Su victoria sobre Satanás. Por ejemplo, “Los setenta regresaron con gozo, diciendo: Señor, hasta los demonios se nos sujetan en tu nombre. Y Él les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.” (Lucas 10:17-18; negritas añadidas). Una vez más, es el poder sobre los demonios que causa que Jesús anuncie victoria sobre Satanás. Jesús añadió, “Mirad, os he dado autoridad para hollar sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo el poder del enemigo” (versículo 19). Pero para que los discípulos, pasados y presentes, no pensaran que el poder físico era lo más importante, Jesús continúa: “Sin embargo, no os regocijéis en esto, de que los espíritus se os sometan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos” (versículo 20). ¡Esta es la verdadera victoria sobre Satanás! 

La semana de su crucifixión, Jesús dijo: “Ya está aquí el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. Y yo, si soy levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo. Pero Él decía esto para indicar de qué clase de muerte iba a morir” (Juan 12:31-33). ¡Satanás echado fuera! ¿Cuándo? “ahora… será echado fuera.” ¿Por qué medio? La “clase de muerte iba a morir.” No podemos escapar la conclusión que en el Calvario, Jesús triunfó sobre Satanás, echándole fuera.

Apocalipsis 12:7-10 enseña la misma cosa, contándonos de guerra en el cielo que resultó en echar fuera a Satanás. El versículo 11 explica que “ellos lo vencieron por medio de la sangre del Cordero.” “Vencieron.” Es la misma palabra en Español (y en griego) que vimos en Lucas 11:22, donde Mateo 12:29 y Marcos 3:27 dicen “atar.” Así considere: “lo vencieron [le ataron] por medio de la sangre del Cordero.”

Apocalipsis 12:10 dice además que “el acusador de nuestros hermanos, el que los acusa delante de nuestro Dios día y noche, ha sido arrojado.” Por el sacrificio de Jesús, Satanás ya no puede acusar a los hombres de merecer la pena de muerte. Es lo que Romanos 8 dice: “Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros... ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica... Cristo Jesús es el que murió... el que también intercede por nosotros” (31-34). ¡Satanás ya no está delante de Dios para acusarnos! ¿Recuerdan a Job? ¡Jesús está ahora delante de Dios para interceder por nosotros! ¡Aleluya!

El Calvario no fue una derrota. ¡El Calvario fue una victoria! Jesús fue levantado. Satanás echado fuera. Los dos eventos son inseparables. Es imposible interpretar Apocalipsis 20 correctamente si hacemos caso omiso a la gran victoria que Jesús ya ha ganado sobre Satanás.

El Diablo Destruido

Jesús se hizo carne como nosotros, dice Hebreos, “para anular mediante la muerte el poder de aquel que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo” (2:14). En la muerte de Jesús, Satanás es destruido. Este escritor no lo entiende todo, pero estas son palabras fuertes. “Anular... el poder” es obviamente más fuerte que “atar,” “echar fuera,” o “vencer.” ¿Hay algunos elementos futuros envueltos aquí? Sin duda. Aun cuando decimos que “Jesús salva,” hay un elemento futuro y eternal envuelto.

Sin embargo, definitivamente hay un elemento presente. El versículo 15 continúa la oración: “y librar a los que por el temor a la muerte, estaban sujetos a esclavitud durante toda la vida.” “Estaban” toda la vida. Ciertamente, la implicación es que por Cristo no estamos en esclavitud de la muerte como el mundo está. Como Pablo escribió: “Pero no queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como lo hacen los demás que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también Dios traerá con Él a los que durmieron en Jesús” (1 Tesalonicenses 4:13-14). La muerte y la resurrección de Jesús cambiaron para siempre las dinámicas del universo.

El mismo Juan que escribió Apocalipsis, también escribió en su primera epístola: “El Hijo de Dios se manifestó con este propósito: para destruir las obras del diablo” (3:8). ¿Por qué vino Jesús al mundo? ¿Para buscar y salvar nuestras almas perdidas? Ciertamente. ¡Pero eso incluye destruir las obras del diablo!

Al elaborar sobre las muchas cosas envueltas cuando Jesús fue a la cruz, Pablo incluyó: “habiendo cancelado el documento de deuda que consistía en decretos contra nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de en medio, clavándolo en la cruz. Y habiendo despojado a los poderes y autoridades, hizo de ellos un espectáculo público, triunfando sobre ellos” (Colosenses 2:14-15). Jesús despojó a sus enemigos, de los cuales Satanás es número uno. Hizo un espectáculo público de sus enemigos. ¡Jesús triunfó! ¡Satanás fue despojado y se hizo un espectáculo público de él! Qué Dios nos ayude a comprender mejor la profundidad y la anchura de lo que sucedió en el Calvario aquel día fatal cuando aún el sol se escondió y la tierra tembló por el evento trascendental que tomaba lugar.

Victoria Sobre Satanás Ahora

El mismo Juan que escribió Apocalipsis, proclamó triunfantemente en su primera epístola, “Hijos míos, vosotros sois de Dios y los habéis vencido, porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo” (4:4). ¿Está Satanás todavía activo en este mundo? Claro que sí. Sin embargo, desde el Calvario, hay una dinámica nueva. ¡Nuestro Jesús es mayor que el diablo del mundo!

Dos capítulos antes, Juan escribió: “Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes y la palabra de Dios permanece en vosotros y habéis vencido al maligno” (1 Juan 2:14). “Habéis vencido.” No en el futuro. ¡Ahora! Juan lo dice más fuerte en 5:18: “Sabemos que todo el que ha nacido de Dios, no peca... y el maligno no lo toca.” Otras versiones dicen: que "no practica el pecado" o "no sigue pecando." Este escritor no cree que los cristianos vivimos en perfección sin ningún pecado. Ni cree en la “seguridad eterna.” Pero tampoco quiere borrar 1 Juan 5:18 de la Biblia. Sea lo que sea la traducción e interpretación exactas que se dé a este versículo, habla de gran poder sobre “el maligno” en nuestras vidas hoy día.

No olvide la armadura de Dios con “el escudo de la fe con el que podréis apagar todos los dardos encendidos del maligno” (Efesios 6:16). “Con el que podréis.” Y Dios “no permitirá que vosotros seáis tentados más allá de lo que podéis soportar” (1 Corintios 10:13). Sí, Satanás todavía nos puede tentar. Sin embargo, Dios da un límite para la fuerza de las tentaciones. Dios “nos libró del dominio de las tinieblas y nos trasladó al reino de su Hijo amado” (Colosenses 1:13). ¡Estamos en el reino ahora! ¡Hemos sido librado del poder satánico de las tinieblas ahora!

Jesús le dijo a Pablo que le enviaría a los Gentiles “para que abras sus ojos a fin de que se vuelvan de la oscuridad a la luz, y del dominio de Satanás a Dios, para que reciban, por la fe en mí, el perdón de pecados y herencia entre los que han sido santificados” (Hechos 26:17-18). ¿Cómo recibir perdón? Al soltarlos del poder de Satanás.

Todas estas declaraciones de victoria sobre Satanás son para los que son nacidos de nuevo. Note el contraste que Pablo presenta en la carta a los Efesios: “estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo... conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia.... aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo” (2:1-5). La vida antes era de acuerdo a Satanás. La vida ahora es en Cristo Jesús. A los hijos del reino se les promete vida con poder sobre Satanás. Los hijos de desobediencia no reciben tal promesa –a menos que se vuelvan a Cristo.

“No Engañar Más a las Naciones”

La única explicación que Apocalipsis 20 da con relación al atar a Satanás es que “para que no engañara más a las naciones” (versículo 3). ¿Qué significa eso?

Un gran cambio vino sobre el mundo por la primera venida de Jesús. “Recordad, pues, que en otro tiempo vosotros los gentiles... que en ese tiempo estabais separados de Cristo... sin tener esperanza, y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros, que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido acercados por la sangre de Cristo” (Efesios 2:11-13). Antes de Cristo, los gentiles estaban sin Dios, no tenían esperanza. Antes de Cristo, la revelación de Dios se dio a una nación; Él no tenía mucho que decir a los gentiles. El poder de Satanás estaba por todas partes. El Verbo eterno entró en este mundo para cambiar totalmente la situación. Cierto, Satanás todavía es poderoso hoy día. Sin embargo está muy limitado en comparación con su influencia antes de la primera venida de Cristo.

“En otro tiempo… gentiles… sin Dios.” La palabra griega ethnos es a veces traducida “gentiles” y a veces, “naciones.” Efesios está hablando de la condición de los ethnos antes de la primera venida de Jesús. Apocalipsis 20:3 dice que Satanás es atado “para que no engañara más a las naciones [ethnos, gentiles]” ¿No es Efesios 2 un comentario excelente sobre Apocalipsis 20?

Si hubiera sido posible tener el evangelio en los tiempos de Noé, el arca no habría tenido espacio para todos los justos. ¿Especulación? Quizás. ¿Y qué de Sodoma homosexual? Si hubiera tenido el evangelio, Dios habría encontrado más de diez personas justas y, al honrar la oración de Abraham, habría salvado la ciudad. ¿Especulación? ¡De ninguna manera! Al hablar de Capernaum, Jesús dijo que “si los milagros que se hicieron en ti se hubieran hecho en Sodoma, ésta hubiera permanecido hasta hoy” (Mateo 11:23). ¡Sorprendente! Antes de la venida de Jesús, las naciones eran engañadas y estaban casi totalmente bajo el poder de Satanás. Con la primera venida de Jesús, todo eso cambió.

Desde el primer siglo, el evangelio “es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree” (Romanos 1:16). Ese poder no existía antes de que Jesús viniera. Cristo conquistó a Satanás y lo desenmascaró. Ya no tenemos que ser engañados. Como escribió Pablo: “para que Satanás no tome ventaja sobre nosotros, pues no ignoramos sus ardides” (2 Corintios 2:11). Es decir, “entendemos como trabaja, no somos engañados por él.” Nada de esto es para negar que podemos escoger rechazar la palabra de Dios y así caer en el engaño.

¿Y Qué del Poder Presente de Satanás?

Tanto la Escritura como la experiencia enseñan que Satanás todavía tiene tremendo poder en el mundo de hoy día. Este es el argumento principal que los premilenaristas futuristas usan para reclamar que Satanás no puede estar atado hoy. Este es un argumento fuerte. Sin embargo, no es la historia completa, como se ha visto en este artículo. Su argumento hace caso omiso a ciertos hechos importantes:
1) El Nuevo Testamento está lleno de declaraciones de los límites puestos sobre Satanás como resultado de la primera venida de Jesús.
2) Por el esparcimiento del evangelio en el mundo, el poder de Satanás sobre las naciones hoy es considerablemente menos de lo que era antes de la primera venida de Cristo.
3) Aparte del texto, que se admite es difícil, en Apocalipsis todos los textos que mencionan grandes limitaciones puestas sobre Satanás, o están hablando de limitaciones que se disfrutan ahora en esta edad o las que se disfrutarán en la Nueva Jerusalén.

Uno de los versículos favoritos de los futuristas es 1 Pedro 5:8: “Sed de espíritu sobrio, estad alerta. Vuestro adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar.” Esto es correcto. Pero este versículo no presenta al cristiano como una víctima indefensa. Al contrario, es una exhortación para ser vigilante precisamente porque los cristianos tenemos las defensas necesarias. El próximo versículo dice, “resistidle firmes en la fe.” Como nuestro hermano Santiago dijo: “Resistid, pues, al diablo y huirá de vosotros” (Santiago 4:7). ¡Qué promesa más preciosa y poderosa!

Como resultado de la encarnación, como resultado del Calvario, como resultado de la tumba abierta, el Rey Jesús ofrece victoria sobre Satanás ahora. Sí, muchos en el mundo siguen siendo engañados. Sin embargo, en todas las naciones hay los que ya no son engañados por Satanás. Antes de que las profecías comiencen en Apocalipsis, encuentran que el Cordero es digno de abrir los sellos porque “tú fuiste inmolado, y con tu sangre compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación” (5:9). Satanás ya no puede engañar a las naciones en la manera que lo hizo antes de que Jesús viniera a la tierra para atarlo.

Scripture taken from La Biblia de las Américas ® (LBLA), Copyright © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation. Used by permission. www.LBLA.com

Traducido por David L. Elliott et al.